A veces la piel del rostro nos envía señales de que algo no anda del todo bien. Si eres de las que tiene la piel demasiado sensible, de tez clara y muy fina debes prestarle atención, si notas cualquier cambio, sobre todo en este época donde comienza poco a poco a entrar el calor. De vez en cuando es importante notar las reacciones que nuestra piel presenta, y tratarla con remedios de belleza natural, sobre todo, si pretendes exponer tu pie al sol, para darte así cuenta de que tu piel puede resentirse hasta el punto de padecer algunas afecciones, como la llamada cuperosis.
La belleza en el rostro comienza por su prevención y sus cuidados. Así que, si notas que comienzan a aparecerte pequeños puntos rojos en el rostro o, incluso, pequeñas manchas rojas un poco más grandes, o notas visibles algunos capilares de tu cara y dilatados puede que debas empezar a cuidarte a a prevenir o tratar una afección en la piel bastante común denominada, como hemos dicho, cuperosis.
¿Qué es la cuperosis?
La cuperosis es una afección o condición en la piel donde aparece un progresivo enrojecimiento debido a la presencia de pequeños vasos sanguíneos rojos que están dilatados y son visibles en el rostro.
Lo más normal es que, cuando hay un flujo repentino de sangre que se acumula en la piel, los capilares tienden a expandirse para recibir el aumento de sangre, aunque después se contraen y vuelven a su estado normal. Sin embargo, cuando en el rostro no existe la cantidad suficiente de elastina o elasticidad natural, los capilares dilatados se incrusten y aparezcan glóbulos persistentes haciendo aparecer esas pequeñas machas rojas en la superficie de la piel
La denominada cuperosis se produce debido a la poca elasticidad de las paredes capilares y, lo más común es que aparezca debido a factores genéticos o hereditarios. Tanto la exposición a vientos extremos o frío como al calor contribuyen en gran medida a esta condición. Absolutamente, todos los tipos de peiels son propensas a padecer este enrojecimiento pero, sin duda, las pieles sensibles mucho más. Además el piel envejecida también contribuye a la formación de cuperosis.
¿Cómo tratar la piel con cuperosis?
La piel enrojecida hace que los vasos sanguíneos dilatados se extiendan hasta tal punto que puedan romperse. Se hacen muy visibles debajo de la superficie de la piel y crean un rubor muy notable que se sueñe expandir hacia las mejillas y la nariz. Así pues, y tal y como aseguran los dermatólogos, en etapas un poco más avanzadas, si no se trata esta afección puede volverse crónica y permanente, por lo que es importante tener en cuenta algunos cuidados básicos para pieles sensibles con tendencia a esta condición.
La sensibilidad y la sequedad suele ser muy visible ya que, aparte del enrojecimiento, una piel con cuperosis suele estar muy fina y ser muy delicada, así que además del uso tópico de cremas es importante:
- Evitar echarse en el rostro productos grasos y oclusivos por su efecto calor
- Proteger todo lo posible la piel de la exposición prolongada y excesiva al sol. Esto es, en especial, muy importante para una piel que padece cuperosis. Lo más adecuado es usar un protector solar de máxima protección. Por otro lado, la piel seborreica sí que puede beneficiarse de la exposición al sol, dentro de unos límites seguros y manteniendo la misma protección solar.
- Evitar la exposición a tratamientos de calentamiento tipo duchas muy calientes o la sauna.
- Es recomendable realizarse cada cierto tiempo una exfoliación suave en el rostro para eliminar las escamas de las pieles seborreicas o favorecer así la renovación y el engrosamiento de las pieles más frágiles con cuperosis.
La cuperosis, en definitiva, se trata de una afección bastante común en la piel cuyos síntomas suelen aparecer con los cambios bruscos de temperatura, por lo que es importante darse cuenta a tiempo y atender a las señales para tratarla