En la actualidad, disponemos de un sinfín de opciones de financiación. Sin embargo, esto no significa que sea una buena noticia para nuestros bolsillos, puesto que existen productos que resultan bastante peligrosos. Las tarjetas revolving se destacan como una herramienta que puede ser tanto un salvavidas como la perdición para nuestro dinero. Permiten a los usuarios tener un mayor control sobre sus finanzas y la capacidad de hacer frente a emergencias financieras. Sin embargo, si no se manejan adecuadamente, estas tarjetas pueden crear una espiral de deudas que puede resultar difícil de manejar.
El endeudamiento con tarjetas revolving es una problemática muy común y que genera inquietud en muchas personas. Y es que aunque en un principio su uso pueda parecer la mejor solución a todos nuestros problemas financieros, lo cierto es que puede llegar a empeorarlos todavía más si no se tienen en cuenta sus elevadas tasas de interés. ¿Te encuentras entre aquellos que tienen deudas relacionadas con las tarjetas revolving y no sabes cómo salir de ellas? Si es así, a continuación podrás encontrar información muy valiosa para ayudarte a liquidar esas deudas y recuperar tu libertad financiera.
¿En qué consisten las tarjetas revolving?
Las tarjetas revolving son una forma de crédito que permiten al titular realizar compras y disponer de efectivo, pagando una cuota mensual fija o variable. Estas cuotas incluyen tanto el capital dispuesto como los intereses generados, pero aquí es donde radica la trampa: a menudo, estos intereses son notablemente altos. Por lo tanto, si no prestamos atención a la letra pequeña, lo más probable es que lleguemos a duplicar o incluso triplicar nuestro nivel de deuda haciendo un mal uso de las mismas.
La modalidad de pago es lo que distingue a las tarjetas revolving de las tarjetas de crédito convencionales. Con las tarjetas revolving, decides cuánto quieres pagar cada mes. Sin embargo, a menor cuota mensual, mayor tiempo para saldar la deuda y, por ende, más intereses acumulados. Este es un aspecto crucial para entender el funcionamiento de estas tarjetas. En términos generales, las tarjetas revolving tienen una Tasa Anual Equivalente (TAE) más alta que las tarjetas de crédito normales. Esto significa que el coste de tener deudas en una tarjeta revolving puede ser significativamente mayor. Como resultado, puede ser más difícil pagar la deuda si sólo se realizan los pagos mínimos cada mes.
Existen varias estrategias para manejar y liquidar las deudas de las tarjetas revolving. Una de las formas principales de esquivar el endeudamiento en estas tarjetas, es pagando un importe superior al mínimo establecido, ya que el pago mínimo apenas cubre los intereses. Al pagar más que el mínimo, reduces el principal de la deuda, lo que ayuda a liquidar la deuda más rápidamente.
También podremos deshacernos de nuestras deudas por medio de la consolidación de las mismas. Esta estrategia implica obtener un préstamo con un interés más bajo para pagar la deuda de la tarjeta. De esta manera, el deudor termina pagando una sola deuda con un interés más bajo. En último lugar, lo más recomendable es negociar con la entidad financiera. En algunas situaciones, puedes negociar con la entidad emisora de la tarjeta para reducir los intereses o cambiar las condiciones del pago.
¿Merece la pena la contratación de estos productos?
Todo depende de nuestras necesidades y nuestra capacidad de solvencia. Es decir, si tenemos un alto nivel de necesidad económica, pero no disponemos de la solvencia suficiente para hacer frente a los futuros intereses derivados de su utilización, lo mejor es no recurrir a este producto financiero. Por desgracia, son muchos los usuarios que acceden a las tarjetas revolving sin haber sido avisados previamente sobre las duras condiciones de devolución del crédito que ha sido utilizado. En este sentido, hay muchos casos que ya han quedado en manos de la justicia y se ha obtenido un desenlace favorable para los clientes, ya que se ha considerado como engaño o abusivas las condiciones de financiación y la poca información proporcionada a los consumidores sobre ello.
Si vamos a hacer uso de una de estas tarjetas, lo más adecuado es que lo hagamos siendo plenamente conscientes de la responsabilidad económica que supone. Además de tener los medios adecuados para poder devolver el importe de las elevadas tasas de intereses. Una vez comprendidas todas las implicaciones que estos productos pueden tener en nuestras finanzas, seremos libres para escoger la opción que más nos beneficie en base a nuestra situación personal.