En el momento en que recibimos un dinero extra con el que no contábamos, bien sea por nuestro trabajo, de parte de un familiar, etc., solemos escoger gastarlo antes de pensar siquiera cómo aprovecharlo verdaderamente. Nos inunda una sensación de felicidad ante la suma de dinero inesperada, y es muy posible que lo primero en lo que pensamos es cómo gastarlo. Pero lo cierto es que existen muchas maneras de aprovechar ese dinero de la manera correcta. A continuación te contamos cómo hacerlo.
Saber aprovechar nuestro dinero es cuestión de organización, planificación, pero también de mucha constancia y fuerza de voluntad. Y es que hay mucha gente a la que ahorrar o aprovechar su dinero se les hace una tarea muy complicada porque tienden a derrochar o caer en gastos innecesarios. Seas o no ese tipo de persona y recibas un dinero extra, la tentación de darte un capricho siempre se puede presentar, y de esta forma estaremos desaprovechando una oportunidad de ahorro o inversión muy buena.
Cómo aprovechar un dinero extra con el que no contábamos
Lo primero que debemos hacer es valorar la cantidad de dinero que hemos percibido. Si se trata de mucho, quizás se puede aprovechar para cubrir un gran gasto necesario, como el arreglo de un vehículo. O también podría servir para liquidar una deuda importante, como un préstamo bancario. En definitiva, si tenemos algún tipo de necesidad financiera que requiera ese dinero, entonces podremos utilizarlo sin demora.
Por el contrario, si no tenemos deudas ni gastos que cubrir, los expertos aconsejan guardar el dinero. Podemos ingresarlo directamente en nuestra cuenta de ahorros, en nuestro fondo de emergencia para aumentar su capacidad, o incluso invertirlo para obtener rentabilidad y beneficios. Todas estas opciones dependen de nuestras necesidades, gustos o preferencias económicas, pero cualquiera de ellas supone un acierto en cuanto al aprovechamiento del dinero.
Quizás incluso la llegada de ese dinero sea la oportunidad que hacía falta para comenzar a ahorrar seriamente. Sea como sea, lo que debemos hacer es establecer una serie de objetivos financieros que queremos cumplir, bien sea en general o con el dinero que hemos conseguido de forma inesperada. Podemos apuntar nuestros objetivos en un cuaderno, y lo ideal sería comenzar con pequeñas metas que sean realistas y fáciles de ejecutar. Por ejemplo, uno de los primeros objetivos en nuestra lista podría ser el ahorro para unas breves vacaciones de verano.
Al disponer de todos los objetivos bien organizados, es como más conscientes somos de la responsabilidad que debemos tener para aprovechar ese dinero de la mejor manera. En el caso de querer invertirlo, tendríamos que informarnos previamente acerca de cómo hacerlo. Conviene haber estudiado y definido el tipo de inversor que vamos a ser, que se mide en base al nivel de riesgo que estemos dispuestos a asumir. Es importante destacar que, cuanto mayor sea el riesgo, mayor serán los beneficios, pero también la posibilidad de perderlo todo. Por ello lo más adecuado si no hemos invertido nunca es comenzar desde una posición conservadora, es decir, con inversiones que suponen poco riesgo de pérdida para nuestro dinero.