Llegado el día de la faena en la limpieza de casa, es vital contar con la artillería especial para cada labor, desde bayetas y esponjas, hasta limpiadores, jabón y desinfectantes. Ahora bien, un tema del que poco se habla es que, aunque todos sabemos que la lejía sirve para eliminar bacterias de una gran cantidad de superficies, no siempre se usa de forma adecuada.
Es verdad, esta sustancia es la más popular —y eficaz— a la hora de matar microorganismo y eliminar rastros de hongos. Sin embargo, a pesar de su eficiencia, existen diversos errores al asear el hogar con lejía que urge dejar de cometer, así que si eres del grupo de personas que la usa para todo, ¡sigue leyendo, porque esto te interesa!
6 errores frecuentes en la limpieza con lejía
Utilizar excesivamente la lejía, cloro o lavandina para limpiar todo no es más que un grave error que todos en algún momento de la vida. No obstante, existen otras equivocaciones frecuentes relacionadas con la aplicación de este producto químico. Fíjate cuáles son y detenlas cuánto antes:
- No ventilar: Este químico puede generar vapores irritantes, por eso es vital abrir las puertas y ventanas cada vez que se use para limpiar alguna habitación o superficie.
- Elegirla como limpiador diario: Si bien es tentador usarla para la limpieza de todos los días, no es lo más recomendable. En lo que respecta al aseo cotidiano, lo ideal es hacerse con opciones más suaves y ecológicas, como el zumo de limón o el vinagre blanco. ¡Emplea la lejía solo para desinfectar a fondo!
- Mezclar con otras sustancias: Al combinarla con otros ingredientes, se corre riesgo de desprender vapores tóxicos muy nocivos para la salud. Nunca se debe combinar con amoniaco, vinagre, alcohol o cualquier otro producto como desatacador de drenaje o limpiacristales.
- Blanquear telas constantemente con lejía: Aunque es un excelente blanqueador, con el tiempo afecta la vida útil de los tejidos, sobre todo si se trata de lana. En estos casos, se recomienda reemplazarla por peróxido de hidrógeno (agua oxigenada al 35%).
- Verterla directamente en el desague: Esta acción puede ocasionar vapores peligrosos al entrar en contacto con otros elementos en las tuberías. Lo idóneo es diluirla siempre o llenar el fregadero/lavabo, luego verter un chorro y dejar actuar durante 10 minutos antes de dejar el agua correr.
- Abusar de la lejía perfumada: Si tú o algún miembro de tu hogar sufre de problemas respiratorios (asma o alergias) ¡Malas noticias! Este producto empeorará estas afecciones. Mejor elige alternativas naturales.
Lamentablemente, la lista no termina aquí, pero estos son los más comunes. Así como estos errores ¡Hay muchos! Por ejemplo, no llevar gafas, mascarilla y guantes a la hora de usarla sin diluir. No olvides que esta sustancia es agresiva, corroe la piel y es altamente tóxica. ¡Protégete y protege a los tuyos!