¿Existen en realidad los tipos de piel?

Existen los tipos de piel

Con un cliente de belleza cada más informado sobre ingredientes, necesidades y principios activos, es cada vez más necesario reconsiderar cómo percibimos y cuidamos nuestra piel, liberándola de etiquetas y destapando su belleza natural. Si la piel es un órgano y, como todo el organismo, está en constante evolución, ¿por qué seguimos insistiendo que la piel es un tipo invariable durante toda la vida?

La renombrada facialista Esther Moreno, pionera en el cuidado de la piel y fundadora de Esther Moreno Studio, se atreve a desafiar las etiquetas tradicionales de los tipos de piel. Argumenta que la piel es tan diversa como las personas que la llevan y, por lo tanto, debe tratarse de manera individualizada.

Convencida de que hay tantos tipos de pieles como personas, Esther Moreno, afirma que “nos han enseñado a reducir nuestra piel a una tipología genérica y siempre intentamos darle aquello que encaja con esa etiqueta, sin pararnos a observarla, sentirla ni atenderla.

Mi papel pasa por diseñar una rutina adaptada a cada piel, no al tipo de piel que nos han impuesto, valorando qué productos concretos en este momento para crear una rutina cosmética que se adecúe a sus necesidades y características, así como, a tus objetivos y a tu estilo de vida”.

Si no existen los tipos de piel, ¿cómo la cuidamos?

Pues según Esther Moreno de manera personal e individual, observando cada parte del rostro y sus necesidad. La facialista sostiene que cada parte del rostro es única y tiene sus propias necesidades.

Tipos de piel no son verdad
Los tipos de piel no existen

«La piel de nuestros labios, por ejemplo, es increíblemente delicada y requiere un enfoque diferente al de nuestras mejillas o frente. Al mismo tiempo, nuestras áreas de los ojos son propensas a líneas finas y arrugas, por lo que necesitan una atención especializada y delicada. Además, parte o la totalidad de nuestra piel puede cambiar por problemas de estrés, hormonales o cambios climatológicos. Es imposible generalizar«, afirma Moreno.

Siguiendo esta filosofía, en su estudio de Barcelona, la facialista Esther Moreno aboga por tratamientos en los que prima el uso de ingredientes activos de forma personalizada, sin ceñirse a ningún protocolo preestablecido.

En lugar de aplicar una solución única a todos los problemas de un supuesto ‘tipo de piel’, su enfoque se centra en combinar ingredientes específicos para abordar las necesidades únicas de cada área del rostro en un momento concreto.

«Utilizar ingredientes activos específicos para cada parte del rostro y teniendo en cuenta, no solo las agresiones externas, sino los hábitos, el momento personal y preocupaciones de cada cliente, no solo maximiza la eficacia del tratamiento, sino que también respeta la integridad de la piel. Esto es crucial para liberar la piel de etiquetas y permitir que revele su verdadera naturaleza», detalla Moreno.

Cero etiquetas, más belleza

La creencia de Esther Moreno de liberar la piel de etiquetas tradicionales está vinculada a su deseo de liberar la belleza de las restricciones impuestas por los estándares convencionales. “Al tratar cada área del rostro de manera única y adaptar los tratamientos a las necesidades individuales de cada persona, intento que todos mis clientes se sientan cómodos en su propia piel, sin importar el tipo o condición que la industria les ha impuesto”.

Este enfoque visionario de Esther Moreno desafía las normas preestablecidas. Al tratar cada piel y cada parte del rostro con ingredientes activos específicos, no solo se transforma la piel, sino que también transforma la percepción de la belleza.

Sin duda, es un recordatorio de que no hay una belleza única, por supuesto. La verdadera belleza radica en la autenticidad y la diversidad, y que cada uno de nosotros merece ser celebrado por lo que somos.

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