El manejo adecuado de las finanzas en una familia es crucial para garantizar un futuro sólido y sostenible. En un mundo donde los costos de vida y la inflación aumentan constantemente, la gestión financiera se ha convertido en un componente vital del hogar moderno. Sin importar el número de hijos o personas a tu cargo en una unidad familiar, resulta imprescindible garantizar una buena estabilidad financiera por medio de una correcta organización económica. Esto se consigue de varias maneras, lo que quiere decir que cada familia dispone de la fórmula que mejor les funciona, pero existen unas cuantas ideas generales que debemos tener en cuenta.
Comenzar a crear el hábito del ahorro es una de las claves que debemos poner en práctica para tener éxito en nuestra economía familiar. Y es que debemos estar preparados para todo tipo de situaciones: desde pagar una ortodoncia, estudios, material escolar, etc. Hasta cubrir el pago de gastos más inesperados, como la rotura de nuestro vehículo, una factura del veterinario ante una urgencia con nuestra mascota, o la avería de un electrodoméstico, entre otras cosas. Por lo tanto, disponer de un buen colchón de ahorro debe ser nuestra principal tarea al trazar un plan económico familiar.
Esto es lo que debes saber para gestionar las finanzas familiares de la mejor manera posible
El primer paso para cualquier planificación financiera efectiva es establecer un presupuesto familiar. Este debería ser un reflejo de los ingresos y los gastos de la familia. En este sentido, es importante clasificar los gastos en diferentes categorías como: vivienda, comida, transporte, educación, salud, entretenimiento, etc. Este presupuesto debe ser revisado y actualizado mensualmente para reflejar los cambios en los ingresos y los gastos. Por supuesto, los gastos más superfluos no deben superar una determinada cantidad de dinero todos los meses.
Asegúrate de que una parte de tus ingresos esté destinada al ahorro y la inversión. El ahorro es una reserva de dinero para gastos inesperados o para cumplir metas a corto plazo, mientras que la inversión es para la generación de ingresos a largo plazo y la seguridad financiera. Podrías considerar la regla del 50/30/20, que sugiere que el 50% de tus ingresos debería ir a gastos esenciales, el 30% a gastos personales y el 20% a ahorros e inversiones. Como ya hemos mencionado, el ahorro es una parte importante de nuestras finanzas y debemos adquirir la constancia y el hábito de mantenerlo a flote durante todo el año.
Las deudas pueden ser un verdadero lastre para las finanzas familiares. Es importante evitar las deudas innecesarias y mantener las existentes bajo control. Esto incluye evitar compras impulsivas con tarjetas de crédito y minimizar la cantidad de préstamos a largo plazo. Es fundamental que todos los miembros de la familia, incluyendo a los niños, estén educados en la gestión financiera. Esto incluye enseñar a los niños sobre el valor del dinero, el ahorro, el gasto responsable y la importancia de invertir. Los adultos deben estar actualizados sobre las tendencias financieras, los impuestos, los tipos de inversión, etc.
Es importante tener un fondo de emergencia para enfrentar gastos inesperados y evitar endeudarse. Además, es vital contar con seguros adecuados (seguro de vida, seguro de salud, seguro del hogar, etc.) para proteger a la familia en caso de emergencias. Tampoco es mala idea acudir a un experto. Un asesor financiero puede proporcionar orientación experta sobre cómo gestionar las finanzas familiares. Aunque puede haber un costo asociado con esto, el asesoramiento experto puede resultar invaluable a largo plazo.