¿Qué grado de discapacidad se necesita para cobrar una pensión en España?

Te explicamos los requisitos, la cuantía y el procedimiento para solicitar la pensión no contributiva de invalidez.

Si tienes una discapacidad que te impide trabajar o realizar las actividades básicas de la vida, es posible que puedas cobrar una pensión por discapacidad en España. Se trata de una prestación económica que reconoce tu situación de invalidez y que te ofrece una ayuda para cubrir tus necesidades.

En este artículo te explicamos qué es la pensión por discapacidad, qué grado de discapacidad se necesita para cobrarla, qué requisitos debes cumplir y cómo se solicita. También te contamos qué diferencia hay entre la pensión por discapacidad y la pensión por incapacidad permanente. Sigue leyendo y descubre todo lo que necesitas saber sobre la pensión por discapacidad.

¿Qué es la pensión por discapacidad y qué grado de discapacidad necesitas para cobrar una?

La pensión por discapacidad es una prestación económica que se otorga a las personas que tienen una discapacidad igual o superior al 65% y que no tienen derecho a otra pensión contributiva. Esta prestación forma parte de las pensiones no contributivas, que son las que no exigen cotización previa a la Seguridad Social. Se denomina oficialmente pensión no contributiva de invalidez (PNC) y su gestión recae en el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) con el objetivo de garantizar unos ingresos mínimos a las personas con discapacidad que carecen de recursos suficientes para su subsistencia.

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Conoce los requisitos, la cuantía y el procedimiento para solicitar la pensión no contributiva de invalidez.

Para cobrar una pensión por discapacidad en España, el requisito principal es tener reconocido un grado de discapacidad igual o superior al 65%. El grado de discapacidad se mide por un porcentaje que indica el nivel de limitación que tiene la persona para realizar las actividades básicas de la vida.

El grado de discapacidad se determina mediante un informe médico emitido por un Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o por un órgano competente de la comunidad autónoma donde resida la persona. El informe médico debe reflejar el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de la persona, así como las posibles secuelas o limitaciones funcionales que tenga.

Otros requisitos que debes cumplir para acceder a esta pensión

Además del grado de discapacidad, para cobrar esta prestación debes cumplir una serie de requisitos que te señalamos a continuación:

Si se cumplen todos estos requisitos, se puede solicitar la pensión por discapacidad ante el departamento de servicios sociales de la comunidad autónoma donde resida la persona solicitante.

Qué diferencia hay entre la pensión por discapacidad y la pensión por incapacidad permanente

La pensión por discapacidad no debe confundirse con la pensión por incapacidad permanente, que es otra prestación económica que se concede a los trabajadores que sufren una enfermedad o un accidente que les impide realizar su trabajo habitual o cualquier trabajo. Esta prestación depende del grado de incapacidad que se reconozca al trabajador: parcial, total, absoluta o gran invalidez.

La diferencia entre la pensión por discapacidad y la pensión por incapacidad permanente es que la primera no exige cotización previa a la Seguridad Social, mientras que la segunda sí. Además, la cuantía de la pensión por discapacidad es fija y no depende de las bases de cotización del trabajador, mientras que la cuantía de la pensión por incapacidad permanente se calcula en función de las bases de cotización y de unos coeficientes reductores según el grado de incapacidad.

En conclusión, la pensión por discapacidad es una prestación económica que se otorga a las personas que tienen una discapacidad igual o superior al 65% y que no tienen derecho a otra pensión contributiva. Para cobrarla, se deben cumplir unos requisitos de edad, residencia, ingresos y patrimonio. La cuantía de la pensión es fija y se actualiza cada año. La pensión es compatible con otras prestaciones sociales y con el trabajo remunerado.

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