La jubilación es una fase de la vida que se puede vivir de distintas maneras. Algunas personas eligen dejar de trabajar del todo y gozar de su ocio, mientras que otras prefieren seguir conectadas al mundo laboral, ya sea por razones económicas, profesionales o personales. Para estas últimas, hay una opción que puede ser atractiva: la jubilación activa.
La jubilación activa consiste en seguir trabajando después de la edad de jubilación, ya sea a tiempo completo o parcial, mientras se recibe una parte de la pensión de jubilación. Aunque puede parecer poco común, esta opción puede tener muchos beneficios tanto para el trabajador como para la sociedad en general. En este artículo, te vamos a contar qué es la jubilación activa, qué condiciones se tienen que dar para acceder a ella y qué beneficios y problemas tiene.
¿Qué es la jubilación activa y quiénes pueden acceder a ella?
La jubilación activa es una opción que fue diseñada para fomentar la continuidad laboral de los trabajadores jubilados y promover el envejecimiento activo. Sin embargo, no es una figura muy utilizada en nuestro país, ya que muchos trabajadores desconocen que tienen esa posibilidad. Este tipo de jubilación permite combinar el trabajo con el cobro de una parte de la pensión de jubilación, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos.
Estos requisitos incluyen haber alcanzado la edad legal de jubilación, haber cotizado el número de años exigidos para acceder a una pensión completa, no haberse jubilado antes de tiempo y debes realizar un trabajo por cuenta propia o ajena, ya sea de jornada completa o media jornada. Si cumples con todos estos requisitos, puedes solicitar la jubilación activa al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Recuerda que debes presentar el formulario de solicitud oficial junto con la documentación necesaria.
¿Qué ventajas y desventajas tiene la jubilación activa?
Antes de optar por una jubilación activa, es importante que conozcas las ventajas e inconvenientes que conlleva esta modalidad. Entre las ventajas puedes encontrar las siguientes:
- Podrás seguir trabajando y cobrar el 50% de la pensión de jubilación. Si el trabajo es que realizas es por cuenta propia y cuentas con al menos un trabajador contratado por cuenta ajena, podrás cobrar la cuantía completa de tu pensión.
- Podrás complementar tus ingresos y mejorar tu nivel de vida. Al sumar el salario y la pensión, contarás con un mejor poder adquisitivo que te permitirá hacer frente a tu estilo de vida.
- Tendrás la posibilidad de seguir activo en el mercado laboral. Al seguir trabajando, desarrollarás aún más tus capacidades profesionales y personales, así como también mantendrás las relaciones sociales con tus compañeros y clientes.
- Estarás contribuyendo al sistema de pensiones y al desarrollo económico del país. Al seguir cotizando a la Seguridad Social, podrás generar más recursos para el sistema público de pensiones.
Sin embargo, esta modalidad también tiene ciertos inconvenientes que debes tener en cuenta. Al cobrar un salario y una pensión, la base imponible del IRPF aumentará y pagarás un poco más de impuestos. Además, es posible que pierdas el derecho a otras prestaciones o ayudas económicas que suelen estar vinculadas a una jubilación ordinaria, como el complemento por mínimos o el subsidio por necesidad de tercera persona.
En conclusión, la jubilación activa es una opción interesante si deseas seguir trabajando después de la jubilación. No solo puede ayudar a mantenerte activo y productivo, sino que también puede tener beneficios económicos para la sociedad en general. Sin embargo, esta modalidad no es una opción para todo el mundo, sino que depende de las circunstancias personales y profesionales de cada uno. Por eso, es importante que si estás pensando en la jubilación activa, te asegures de cumplir con los requisitos y de elegir la opción que mejor se adapte a tus necesidades.