Por lo general, acostumbramos desinfectar toda clase de superficies dentro del hogar; desde el baño a la cocina, el salón y las habitaciones, la terraza y el jardín ¿No es así? No obstante, no le ponemos ni un poco de atención a los utensilios que usamos a diario para el aseo de todas estas áreas en casa. Y es que sí, aunque suene paradójico, los objetos usados para la limpieza también deben limpiarse cada cierto tiempo.
Uno de los utensilios más olvidados en este caso es la fregona, que se utiliza casi a diario para recoger polvo, derrames y demás suciedad cotidiana, además de darle brillo al suelo (bien sea de microfibra o cualquier otro material), por eso, hoy quiero contarte cómo limpiar y desinfectar la mopa de una forma muy práctica, asequible y más efectiva de lo que crees. ¡Mantente atento/a!
El método más eficaz para limpiar y desinfectar una mopa
Si bien existen muchos tipos de mopas, los tejidos más frecuentes son los de algodón y microfibra, ideales para limpiar piedra natural como la madera, gres, granito y porcelana. La buena noticia es que mantenerla limpia y en óptimas condiciones no es tan complicado y solo necesitas un par de ingredientes caseros. Sigue estos pasos y evita la propagación de bacterias en el hogar:
- Antes de iniciar el lavado, sacude la mopa o fregona con suavidad para desprender polvo y suciedad de mayor tamaño acumulada en las fibras de la tela, así al lavarlo se previene que se fije en el tejido.
- Hecho esto, llena un cubo grande con agua tibia y añade un poco de jabón líquido, dos cucharadas de bicarbonato de sodio, media taza de vinagre blanco y un chorrito de agua oxigenada.
- Sumerge la mopa y déjala en remojo durante 2 a 3 horas.
- Pasado este tiempo, frota un poco con tus manos o con ayuda de un cepillo para telas para que la mugre reblandecida salga.
- Enjuaga con agua tibia hasta que notes que el agua sale clara y sin rastros de jabón.
- Finalmente, exprime con fuerza y cuelga la mopa en un sitio ventilado y al aire libre (de preferencia al sol para desinfectar por completo).
- Una vez se seque totalmente, guárdala en un lugar libre de humedad hasta su próximo uso.
Ten presente que una fregona sucia no cumplirá correctamente su función, por el contrario, los resultados serán pésimos, se esparcen microorganismos nocivos por doquier y su durabilidad se acorta. Por eso, asegúrate de lavarla tras su uso intensivo, almacénala en un espacio seco y ventilado para prevenir crecimiento de hongos y reemplázala cuando notes que deja las superficies manchadas, cuando tenga demasiado desgaste o mal olor.