Perder a un ser querido es una de las experiencias más dolorosas que podemos enfrentar en la vida. Además del impacto emocional, también podemos encontrarnos con dificultades financieras durante este difícil proceso. Es precisamente en momentos como estos que las prestaciones por fallecimiento pueden proporcionar un apoyo económico invaluable.
La Seguridad Social ofrece una serie de prestaciones por fallecimiento para proteger a los familiares del difunto y garantizarles una fuente de ingresos. En este artículo, exploraremos en detalle qué son estas prestaciones, quiénes pueden beneficiarse de ellas y cómo pueden ayudar en momentos de necesidad.
¿Qué tipos de prestaciones por fallecimiento existen?
Las prestaciones por fallecimiento son aquellas que se conceden a los familiares del trabajador o pensionista fallecido que reúnen los requisitos exigidos y pueden ser de dos tipos, pensiones o subsidios. Las pensiones son prestaciones periódicas que se cobran mensualmente, mientras que los subsidios son prestaciones únicas que se cobran en un solo pago.
Las pensiones por fallecimiento que existen son las siguientes:
- Pensión de viudedad: es la que se concede al cónyuge o al ex cónyuge del fallecido, siempre que cumpla los requisitos establecidos. También puede beneficiarse la persona que haya convivido con el fallecido como pareja de hecho, si acredita los requisitos legales.
- Pensión de orfandad: es la que se concede a los hijos del fallecido, menores de 21 años o mayores con discapacidad o incapacidad para el trabajo. También pueden beneficiarse los hijos adoptivos y los acogidos.
- Pensión en favor de familiares: es la que se concede a los familiares del fallecido que hayan convivido y dependido económicamente de él o ella, siempre que no tengan derecho a otra pensión. Pueden ser beneficiarios los ascendientes (padres, abuelos, etc.), los hermanos y los nietos y sobrinos.
¿Qué requisitos son necesarios para acceder a las prestaciones por fallecimiento y cuál es su cuantía?
Para acceder a estas prestaciones por fallecimiento es necesario que se cumplan ciertos requisitos, entre los cuales se incluye, el fallecido debe estar afiliado a algún régimen de la Seguridad Social, debe haber fallecido por causa natural o por accidente y debe haber cotizado un mínimo de 500 días dentro de los cinco años anteriores al fallecimiento, salvo que fuera pensionista o tuviera reconocida la condición de asegurado.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada prestación tiene sus propios requisitos específicos, los cuales pueden ser consultados en el portal web de la Seguridad Social.
La cuantía de las prestaciones por fallecimiento depende de la base reguladora del causante, que se calcula según sus bases de cotización, y del porcentaje que se aplica según el tipo de pensión. Además, estas prestaciones están sujetas a unos límites máximos y mínimos, que se actualizan cada año. De la misma manera, pueden ser compatibles entre sí o con otras prestaciones.
En momentos de pérdida y duelo, las prestaciones por fallecimiento pueden ser un salvavidas financiero para aquellos que han perdido a un ser querido. Estas prestaciones ofrecen un apoyo económico invaluable, ayudando a cubrir costos y brindando estabilidad financiera a los dependientes del fallecido.
Si te encuentras en una situación en la que has perdido a un ser querido, te recomendamos investigar más sobre las prestaciones por fallecimiento disponibles y consultar con las autoridades competentes para obtener más información sobre cómo acceder a estos beneficios. Recuerda que no estás solo, y que hay recursos disponibles para brindarte el apoyo necesario en estos momentos difíciles.