Préstamos personales: ¿Merecen la pena?

Descubre en qué consisten los préstamos personales y si son el producto financiero que necesitas.

Descubre si los préstamos personales son realmente la opción de financiación que necesitas

De entre todos los productos financieros que podemos encontrar en el mercado, los préstamos personales emergen como uno de los instrumentos más buscados por quienes buscan solventar gastos imprevistos o hacer realidad sus sueños. Estas herramientas, extendidas por entidades financieras, han permitido desde la consolidación de deudas hasta la adquisición de bienes que marcan hitos en la vida de las personas. Sin embargo, junto a sus ventajas, también traen consigo una serie de responsabilidades y compromisos que no deben tomarse a la ligera. A continuación, veremos en qué consisten este tipo de préstamos y cómo podemos sacarles el mayor partido posible.

El acto de pedir prestado implica mucho más que un simple intercambio de dinero. Representa la confianza que una entidad deposita en el individuo, esperando que cumpla con su palabra y sus obligaciones. Asimismo, para el solicitante, es una decisión que puede traer consigo un alivio inmediato, pero que debe ser abordada con prudencia para garantizar que las futuras repercusiones financieras sean las esperadas y no se conviertan en una pesada carga.

Cómo funcionan los préstamos personales

Los préstamos personales son instrumentos financieros que permiten a los individuos obtener una cierta cantidad de dinero de una entidad, ya sea un banco, una cooperativa de crédito o una compañía financiera, y devolverlo en un plazo determinado con intereses. Es decir, son una operación financiera mediante la cual una entidad prestamista entrega una suma de dinero a una persona, denominada prestatario, quien se compromete a devolver la cantidad prestada, junto con unos intereses previamente acordados, en un plazo estipulado.

Economía
De esta forma funcionan los préstamos personales y así puedes aplicarlos en tu situación económica

Una de las características que hay que tener en cuenta, son los intereses de los que disponen este tipo de préstamos. El prestamista cobra un porcentaje del dinero prestado como compensación por el servicio. Este porcentaje es lo que conocemos como tasa de interés, y puede ser fija o variable. También hay que tener en cuenta el plazo en el que vamos a devolver la cantidad de dinero acordada, el tiempo que se acuerda para devolver el préstamo. Puede variar desde unos pocos meses hasta varios años. Por otro lado, la amortización es el proceso mediante el cual se va reduciendo la deuda. Generalmente, el prestatario realiza pagos mensuales que incluyen tanto una parte del capital prestado como los intereses acumulados.

También es necesario no perder de vista las comisiones y otros gastos. A menudo, las entidades financieras cobran comisiones por apertura, estudio, o cancelación anticipada, entre otras. Al pasar por alto estos cargos y contratar el producto, podemos encontrarnos desagradables sorpresas con los cargos del préstamo, por ello es tan importante prestar atención a todos los aspectos de un préstamo. Existen varios tipos de préstamos personales. Uno de ellos es el préstamo al consumo, que se encuentra destinado a la compra de bienes y servicios de consumo, como vehículos, electrodomésticos, viajes, entre otros.

Después están los préstamos para consolidar deudas, que se utilizan para unificar varias deudas en una sola, generalmente con un interés más bajo y un único plazo de vencimiento. Los préstamos sin garantía son aquellos que no requieren de un aval o garantía por parte del prestatario. Y, en último lugar, se encuentran los préstamos con garantía, que si requieren de un bien como garantía del préstamo.

Qué ventajas y desventajas presentan estos préstamos

Además de todo lo anterior, antes de adquirir un préstamo personal debemos tener en cuenta los pros y los contras de los que dispone esta operación financiera. Si tenemos en cuenta las ventajas, una de las principales es que los préstamos personales permiten acceder a una cantidad importante de dinero de manera inmediata, lo que puede ser esencial para emergencias o grandes inversiones. Por lo general, los préstamos personales ofrecen tasas de interés más bajas en comparación con las tarjetas de crédito. Estos préstamos suelen ser no destinados, lo que significa que el dinero puede ser utilizado para cualquier propósito, ya sea pagar una deuda, financiar un viaje, realizar mejoras en el hogar, entre otros.

Al formalizar un préstamo personal, se firman términos y condiciones previamente definidos, como la tasa de interés, la duración del préstamo y las cuotas mensuales. Si se devuelven las cuotas puntualmente, puede ayudar a mejorar el historial crediticio del prestatario. En el lado de las desventajas, este los préstamos personales pueden llevar a una deuda que exceda la capacidad de pago del prestatario y ocasionarnos muchos problemas financieros. Algunos préstamos personales tienen tasas de interés variables, lo que significa que las cuotas podrían aumentar en el futuro. De hecho, hay bancos o entidades financieras que cobran comisiones de apertura, gestión o cancelación anticipada.

Si no se cumple con los pagos acordados, puede incurrirse en sanciones, intereses de mora y, en casos extremos, procesos judiciales. Por otra parte, existe el riesgo de caer en la tentación de solicitar múltiples préstamos personales sin tener la capacidad financiera para cubrirlos todos, lo que puede llevar a un sobreendeudamiento.

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