Estas son las 6 sustancias libres de químicos nocivos con las que puedes reemplazar la lejía sin gastar demasiado

Puedes sustituir este químico corrosivo por otros productos menos tóxicos como el limón, el agua oxigenada y el vinagre blanco.

El cloro (hipoclorito de uso doméstico) es uno de los desinfectantes más comunes y baratos del mercado, capaz de eliminar microorganismos y esporas bacterianas contraproducentes para la salud. Sin embargo, aunque es un gran aliado en la limpieza del hogar, es bastante tóxico y no siempre es la sustancia más recomendable, por ejemplo, cuando hay niños o mascotas traviesas en casa.

De hecho, diversos estudios han comprobado que la exposición constante a la lejía puede ocasionar problemas respiratorios en personas que padecen de asma. Si estás aquí buscando productos para higienizar y desinfectar alternativos al cloro ¡Esto es para ti! En este artículo te contaremos 7 sustancias libres de químicos nocivos con las que puedes reemplazar la lejía sin gastar demasiado. ¡Seguramente ya las tienes en casa!

Con qué se puede reemplazar la lejía en la limpieza de casa

Está comprobado que la lejía, cloro o lavandina es un químico asmagénico, es decir, no solo puede ocasionar crisis asmáticas en pacientes ya diagnosticados, sino que puede ser responsable de nuevos padecimientos. Además, tras largos periodos de contacto con la piel puede causar dermatitis e irritación en los ojos, y aunque suene exagerado, en los años de pandemia por el COVID-19, las llamadas de emergencia por envenenamiento —sobre todo en casos de niños— aumentaron casi a un 20%. Ahora bien, si quieres sustituirlo, tienes estas opciones:lejia limpieza casa

Todas estas alternativas son bastante eficaces y al no liberar gases tóxicos son mucho más respetuosas con el medioambiente y más seguras para nuestra salud en comparación con la lejía. Ten en consideración que no se trata de eliminarla por completo, pues no deja de ser un excelente desinfectante en zonas como el baño, por ejemplo, sino de reducir su aplicación cuando no sea necesario (como en el lavado de la ropa o aseo de encimeras). ¡En dosis correctas, es un aliado infalible para evitar enfermedades infecciosas!

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