Si hay algo que se ensucia con extrema rapidez y facilidad son los quemadores de la cocina, que, aunque parecen estar “escondidos” se llenan de grasa, restos de alimentos quemados y hollín. Ahora bien, a pesar de que existe una cantidad exuberante de productos de limpieza destinados a dejarlos “impolutos”, la verdad es que existen métodos más sencillos y amables con el medioambiente de limpiarlos.
No necesitas sustancias químicas específicas para esta tarea, de hecho, con este truco para limpiar los quemadores con sal de mesa y otro ingrediente casero podrás hacer que luzcan impecables, sin restregar tanto, sin gastar mucho dinero ¡Y sin hacer daño al planeta! Sigue leyendo y entérate de qué va este descubrimiento.
Sal para limpiar quemadores de cocina ¿Es posible?
En efecto, la combinación de sal con un poco de vinagre blanco se convierte en un poderoso limpiador casero. Esto se debe a la cualidad abrasiva del primero y la acidez del segundo, que junto a la fricción ayudan a desprender la suciedad adherida y los restos de grasa. Sigue estos pasos y sácale el máximo provecho a ambos aliados del hogar:
- Desconecta el gas de la cocina, retira los quemadores cuidadosamente y lleva al fregadero para limpiar sin ningún riesgo.
- Prepara el limpiador casero mezclando sal, un poco de agua caliente y vinagre hasta formar una pasta espesa.
- Aplica esta pasta con una esponja, cepillo o con un paño. Trata de extenderla por toda la superficie tratando de cubrir las áreas en donde notes más mugre incrustada.
- Espera que esta composición pastosa actúe durante 20 a 25 minutos para que se absorba la capa grasosa y ablanden las manchas.
- Una vez haya reposado, frota con un estropajo o cepillo para remover los restos que se hayan reblandecido.
- Finalmente, sécalos con un paño y déjalos al aire libre. Espera que sequen totalmente secos antes de instalarlos nuevamente.
Otra excelente alternativa es llenar un recipiente con agua hirviendo, añadir vinagre y abundante sal para sumergir todos los quemadores en esta mezcla durante 45 minutos a una hora. Pasado este tiempo, solo debes fregar como de costumbre con la esponja y enjuagar.
La sal, además de ser un ingrediente indispensable en cualquier comida (salada, claro está), tiene naturaleza abrasiva, lo cual, junto al ácido acético del vinagre blanco, contribuye a la efectiva eliminación de suciedad sin afectar el material. ¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Que es seguro, no desprende vapores tóxicos, no hace daño en la piel y es muy económico en comparación a otros productos específicos. ¡Pruébalo y sorpréndete!