Se acerca la época de calor y comenzamos a rescatar de nuestro armario las prendas más ligeras y descubiertas. Entonces nos percatamos de que nuestra piel es demasiado pálida debido a la falta de contacto con la luz solar. Quizás nos gustaría lucir un tono de piel más lustroso y bronceado. Por ello, desde hace ya algunos años, los laboratorios de cosmética lanzaron un tipo de productos capaces de proporcionar un efecto de bronceado a nuestra piel, sin necesidad de agredirla ni exponerla al sol. Son los llamados autobronceadores.
¿Son seguros los autobronceadores?
El efecto magia de estos cosméticos es abrumador. Por ello, muchas personas se preguntan si realmente es seguro su uso. Los expertos afirman que estos productos son completamente seguros y no comportan toxicidades. Al actuar y permanecer sobre las capas más superficiales de la piel, las sustancias responsables de conferir el efecto bronceado no son absorbidas por nuestro organismo.
Los autobronceadores han avanzado en su formulación a lo largo de los años, sin embargo, el ingrediente estrella responsable de realizar la magia sobre nuestra piel es siempre el mismo. Se trata del DHA, una sustancia capaz de teñir la piel de forma artificial sin tener que exponernos a la radiación solar.
Los autobronceadores, lejos de representar un peligro para nuestra piel, nos ahorran tener que someterla a los rayos UV si queremos lucir un tono bronceado, evitando así el fotoenvejecimiento.
Funcionamiento del DHA
La dihidroxiacetona, más conocida como DHA, es el ingrediente principal que forma parte de las fórmulas de los autobronceadores. Se trata de una sustancia que se extrae de la caña de azúcar y se procesa en los laboratorios. En contacto con la epidermis, reacciona coloreando los corneocitos de la piel, más conocidos popularmente como «células muertas».
Los corneocitos son un tipo de células sin núcleo con gran cantidad de proteína (queratina) que están destinados a desprenderse en un par o tres de días. Es por esta razón que la coloración con los autobronceadores tiene un efecto temporal.
Consejos para un buen uso del autobronceador
Como has podido ver, el DHA actúa sobre la capa más superficial de la piel. Por ello, al ser una zona susceptible de perder gran cantidad de células y descamarse, lo mejor es realizar un peeling o exfoliación previa, para dejar el área lo más uniforme posible.
Una vez «limpia» tu piel, aplica el producto a poder ser con la ayuda de una manopla destinada a esta función. Aunque no es lo más recomendable, si no dispones de este artilugio puedes extender el cosmético con tus manos. Sin embargo, tendrás que asegurarte de lavarlas bien con agua y jabón después de la aplicación. De lo contrario, las palmas de tus manos te quedarán de un desagradable color naranja durante unos cuantos días.
Asegúrate de repartir la misma cantidad de producto en todas las áreas, teniendo especial cuidado de no insistir demasiado en zonas que tienden a la hiperpigmentación, como rodillas, codos o tobillos. No apliques producto en las plantas de los pies ni en las palmas de las manos.
Formas de conseguir el tono ideal
Como el efecto del DHA no es inmediato, sino que el tono se va adquiriendo pasadas unas cuantas horas, lo más aconsejable es aplicar el producto en días alternos hasta dar con el color deseado. Cuidado con aplicar más de la cuenta, porque tu piel podrá quedar de un color anaranjado bastante artificial. Una vez hayas dado con el tono que más te favorece, bastará con que lo mantengas aplicando el producto una vez por semana.
¿Podemos usar el autobronceador como protector solar?
Muchas personas, al comprobar que su color de piel ha subido de tono, podrían tener la falsa creencia de que el autobronceador podría ejercer la función de fotoprotector. Sin embargo, eso es totalmente falso. Recuerda que el tono bronceado es totalmente artificial y el producto no es un estimulante de la melanina (sustancia que nos protege de las radiaciones UV). Si te apetece exponerte al sol, deberás hacer añadir una crema con FPS acorde a tu fototipo.
Fuente: Infosalus