Salir a comer fuera de casa es uno de los placeres de la vida que muchos disfrutamos. Ya sea para celebrar una ocasión especial, disfrutar de tiempo con amigos y familiares o simplemente darse un respiro de la cocina, la experiencia puede ser verdaderamente gratificante. Sin embargo, cuando se convierte en un hábito frecuente, los gastos pueden comenzar a acumularse y afectar significativamente nuestro presupuesto mensual. No obstante y, al contrario de lo que muchos creen, ahorrar y cuidar de nuestras finanzas no es sinónimo de prescindir de cualquier cosa que nos haga felices. Por lo tanto, ahorrar y comer fuera es posible y a continuación te proporcionaremos todas las claves que debes conocer sobre el tema.
En este contexto, ¿es posible combinar el sabor de la buena comida y la comodidad de un servicio de primera clase sin tener que gastar una fortuna? La respuesta es un rotundo sí. En este artículo, exploraremos diversas estrategias efectivas que te permitirán disfrutar de tus restaurantes favoritos sin sentirte culpable al revisar tu estado de cuenta bancario. ¿Listo para comer bien y ahorrar al mismo tiempo? Acompáñanos en este recorrido gastronómico y financiero.
Ahorrar y comer fuera es posible: todo lo que necesitas saber
Muchos restaurantes ofrecen descuentos y promociones a través de aplicaciones móviles o sitios web. Algunas plataformas tienen secciones dedicadas a restaurantes con ofertas y descuentos. Consulta estas plataformas antes de decidir dónde comer. Por otra parte, son numerosos los restaurantes que ofrecen descuentos durante horas específicas del día, como el «happy hour» o durante los días laborables. Aprovecha estos momentos para disfrutar de una comida de calidad a un precio más accesible.
Otro aspecto clave a tener en cuenta, es el precio de los menús. No es necesario acudir al restaurante más caro para comer bien. Comparar precios entre diferentes lugares en relación calidad-precio, nos ayudará a encontrar el mejor restaurante que se adecúe a nuestras necesidades personales y financieras. Además, varios restaurantes ofrecen menús del día o combos que suelen ser más económicos que pedir a la carta. Estas opciones no solo son más baratas, sino que también ofrecen una variedad de platos para una comida completa.
La forma en la que vamos a realizar nuestras comidas fuera de casa, también es un factor determinante para nuestra cuenta bancaria. Si vas en grupo, una excelente opción es pedir platos para compartir. Generalmente, los platos «familiares» o «para compartir» ofrecen más cantidad a un precio más bajo por persona. De esta manera, estarás comiendo a precios realmente asequibles sin renunciar a buenas raciones.
Una de las formas más fáciles de incrementar la factura es ordenar bebidas alcohólicas o refrescos. Optar por agua del grifo o llevar tu propia botella (si el restaurante lo permite) puede significar un ahorro considerable. Cosas como entradas, postres y cafés pueden incrementar significativamente la cuenta final. Si tu objetivo es ahorrar, limita estos extras o elige los más económicos. La propina es una forma de agradecer el servicio, pero si estás tratando de ahorrar dinero, no te sientas obligado a dejar una gran cantidad. Algunos países ni siquiera tienen la cultura de la propina, así que infórmate previamente en caso de que vayas a viajar. En algunos lugares, es común que se redondee el total de la cuenta para incluir un pequeño extra. Si estás ahorrando, pide la cuenta sin este redondeo.
Generalmente, los precios del menú son más bajos durante el almuerzo que durante la cena. Además, muchos restaurantes ofrecen menús de almuerzo especiales que son más asequibles que su menú regular. Si tienes flexibilidad en tu horario, considera hacer de tu comida en el restaurante el almuerzo en lugar de la cena.