El yoga ha dejado de ser una disciplina de posturas y asanas estrictamente corporal. Ahora también ha llegado a la belleza, con prácticas de yoga facial que, llevadas a cabo tanto de día como de noche, aumentan la eficacia de tus cosméticos.
El yoga facial cada día suma más adeptas y fans, entre las que se encuentran celebrities, actrices e influencers. Todas ellas aseguran que gracias a la práctica de estos ejercicios su piel está más saludable y rejuvenecida. Pero, ¿cómo funciona el yoga facial y cuáles son los mejores ejercicios para introducir en tu rutina cosmética? ¡Te lo contamos!
¿Qué es el yoga facial?
Los beneficios del yoga facial se deben a que sus movimientos favorecen la circulación sanguínea, mejorando la apariencia de la piel, a la vez que se reducen las arrugas. Como ves, introducir el yoga en tu rutina de cuidado facial solo son ventajas.
Pero, antes de profundizar en los ejercicios: ¿de qué trata el yoga facial? Como su nombre indica, el yoga facial incluye una serie de estiramientos que tonifican los músculos del rostro, fortaleciéndolos, para recuperar el brillo de la piel, su firmeza y su jugosidad.
En función de las necesidades de cada piel, cada estiramiento se enfoca a lograr unos resultados u otros. En este sentido, algunos son ideales para reafirmar la zona del doble mentón, otros para levantar las cejas y otros para alisar arrugas. También existen estiramientos para mejorar la oxigenación de la piel o bien para calmarla y eliminar signos de cansancio.
3 ejercicios de yoga facial que sí funcionan
Ahora que ya sabes cómo funciona el yoga facial y por qué se obtienen resultados en la mejora de la calidad de la piel, toca ponerlo en práctica. Te presentamos nuestros seis ejercicios favoritos para que los incluyas a la hora de aplicar tu crema o aceite facial y potencies sus beneficios. De cada ejercicio, lo ideal es realizar seis repeticiones.
Preparar la piel
Antes de empezar con la rutina, toma unas gotas de tu aceite facial favorito y caliéntalas en las palmas de las manos para activar sus principios activos. Después, aplica el aceite suavemente en el rostro, el cuello y el escote para que las manos deslicen perfectamente sin maltratar la piel.
Ejercicio 1: eleva pómulos y elimina las arrugas del surco nasogeniano
Con el aceite ya aplicado en rostro, cuello y escote, coloca las yemas de los dedos de la mano izquierda en el lado izquierdo del mentón. Desde la barbilla, sube la mano hasta la sien pasando por los pómulos y el lado del ojo.
Una vez hayas llegado a la sien, coloca el pulgar derecho en la línea de la sonrisa y realiza un movimiento ascendente hasta la sien, con un poco más de intensidad. Este movimiento es perfecto para alisar las líneas del surco nasogeniano, conocidas como líneas de marioneta. Una vez hayas terminado, realiza los mismos movimientos en el lado derecho.
Estos movimientos son ideales para elevar los pómulos, estimular la circulación sanguínea y reducir las líneas del surco nasogeniano. Además, también ayudan a que el aceite penetre mejor para reducir las arrugas y estimular la regeneración de la piel.
Ejercicio 2: Elimina bolsas y ojeras
Si quieres aumentar los efectos de este movimiento para bolsas y ojeras, puedes usar una herramienta de masaje facial, como por ejemplo una seta de jade. Aplica una pequeña cantidad de tu crema para el contorno de los ojos y, con la parte más pequeña de la seta realiza un movimiento continuo creando la forma de un 8 alrededor de los ojos, empezando por deslizar la seta por encima de la ceja.
Recuerda que la zona del contorno de los ojos es muy sensible, además de ser la piel más delicada del rostro. Por esta razón, la intensidad que apliques con este movimiento deberá ser notable, pero ligera. Para terminar, realiza ligeros toquecitos en la parte de la ojera. Estos movimientos de bombeo ayudarán a estimular el riego sanguíneo y a multiplicar los efectos de tu contorno de ojos.
Este ejercicio favorece el drenaje linfático, reduciendo la hinchazón de la zona de los ojos y ayudando a eliminar las ojeras e iluminar la mirada.
Ejercicio 3: Estimula la producción de colágeno
El colágeno es la proteína más abundante del cuerpo humano y es imprescindible para mantener la piel firme, joven y libre de arrugas. Con el yoga facial puedes potenciar la producción de colágeno, que se va perdiendo con el paso de los años.
Aplica una avellana de crema o unas gotas de aceite facial en rostro, cuello y escote. Pellizca suavemente la piel con los dedos índice y corazón, y mueve el pulgar con un movimiento ascendente desde la barbilla hasta las orejas. Luego realiza un movimiento ascendente en los pómulos hasta que la piel se enrojezca levemente.
Este ligero enrojecimiento es la muestra de que has estimulado la circulación sanguínea, lo que a su vez potenciará también la producción de colágeno. Eso sí, ten cuidado con la intensidad de los pellizcos o de realizarlos con las uñas, algo que podría lastimar la piel. Además, si la estiras demasiado podrás provocar un efecto rebote y facilitar la aparición de arrugas.
Herramientas que potencian los resultados del yoga facial
Existen herramientas de masaje facial que, utilizadas para aplicar los movimientos del yoga facial, potencian sus efectos en la piel, como la gua sha o los rodillos de jade. Si te animas a probarlas, usa la piedra gua sha se usa para redefinir, drenar y delinear las zonas más angulosas del rostro, y los rodillos para desinflamar, alisar, reafirmar e iluminar.