El año inició cargado de cosas buenas y malas, y aunque casi todos lo esperamos llenos de expectativas (algunas veces exageradas), la mala noticia es que de nada sirve la ilusión y las decenas de propósitos sin verdadera acción. Entre estos objetivos destacan el de mejorar a nivel económico, físico, psicológico y también el “desintoxicar” el hogar con una buena limpieza profunda.
Si a día de hoy aún no comienzas con el aseo a fondo de casa ¡No te aflijas! Al contrario, relájate y mejor ahorra energía para el mes siguiente. Sigue leyendo y toma nota de estas recomendaciones para lograr una limpieza primaveral eficaz, sin tanto estrés y con excelentes resultados. ¡Tu ánimo mejorará casi de inmediato!
10 consejos para una buena limpieza profunda de primavera
Es probable que parezca una labor que nunca acaba, pero no es tan complicado como parece. El secreto está en enfocarte en preparar tu hogar para la etapa que estás por vivir (sea cual sea). Estas son algunas de las estrategias clave para limpiar tu casa antes de que llegue la primavera para que luzca impoluta y libre de caos:
- Planifica: Crear un plan de tareas a realizar es vital si quieres distribuir bien tus recursos vitales (tiempo, energía y dinero). Así que haz un listado con lo esencial para ti y aquello que casi nunca haces, como vaciar y limpiar el refrigerador, lavar las duchas a fondo o quitar la suciedad acumulada en las ventanas.
- Di adiós sin arrepentimiento: Mira hacia atrás por un momento, piensa en todas esas cosas que no usaste el año pasado y despídete de ellas. Deshazte del papeleo inútil, saca y repara los aparatos dañados, dona a la caridad la ropa y zapatos viejos y bota los objetos rotos y dañados que no tengan reparación. ¡Sentirás que un peso se quita de encima!
- Dedica un día para cada labor: Si no tienes tanto tiempo libre, dedica, aunque sea, 30 minutos diarios para completar una tarea. Por ejemplo: ordenar el armario, sacar la comida caducada de la despensa, lavar la ropa de cama, edredones y toallas, limpiar el horno y otros electrodomésticos o simplemente organizar las prendas que usarás la temporada entrante.
- Delega: Aunque creas que puedes con todo solo/a, la sobreexigencia no es del todo buena. Pide ayuda a los demás integrantes del hogar, que organice cada uno su habitación, su ropa y que limpien a medida que van ensuciando.
- Ten a la mano todo lo necesario: Antes de dedicarte a la faena, hazte con suficientes productos y utensilios de limpieza para no tener que salir corriendo a medio trabajo para comprar lo que se haya acabado/dañado. De ser posible, compra o haz tus propios limpiadores multiusos para que sean útiles para diversas tareas y consigue bayetas de microfibra y esponjas gruesas más resistentes.
- Lee siempre las etiquetas de los productos: Sigue las recomendaciones del fabricante para sacarle el máximo provecho a cada sustancia. Por ejemplo, algunos deben dejarse al menos 10 minutos para que actúen, y en este tiempo puedes dedicarte a otra labor, como lavar los platos o poner en marcha un ciclo de lavado.
- Empieza por lo más alto: Sea lo que sea, inicia por arriba y finaliza en las zonas inferiores, es decir, aborda las telarañas, la parte superior de los espantes y armarios y al final los cajones y el suelo, de esta forma no caerá polvo y suciedad en las áreas que ya limpiaste.
- Evita el sucio: Coloca felpudos en la entrada de casa, zapateras o cajones para dejar los zapatos y no entrar con ellos al salón, habitaciones o cocina.
- Deja una escoba de goma y un paño en la ducha: Así, cada vez que te bañes, podrás limpiar un poco el suelo y puertas para evitar que ensucien demasiado con residuos de jabón, humedad y cal.
Y por último, ¡olvida el perfeccionismo! Nada sale bien bajo excesiva presión, ni siquiera los deberes. Hazlo a tu ritmo, sin frustración y disfrutando del proceso, pues al final de todo, le estás dando amor a tu hogar y no necesitas vivir en una cajita de cristal para tener bienestar. ¡Trabaja inteligentemente, no más duro!