Hace años no nos extrañaba que alguien acudiera a un sastre para encargarle un traje a medida. Tampoco nos sorprende que una persona solicite los servicios de un dietista para averiguar qué tipo de alimentos son los que mejor le sientan. En esta línea, la cosmética no se ha quedado atrás. Cada ser humano es único y por tanto cada piel y cada melena también lo son y requieren unos cuidados exclusivos. Por ello, la cosmética personalizada es ya toda una tendencia orientada en ofrecer productos adaptados a las necesidades de cada piel y de cada tipo de cabello.
Todo comenzó con los perfumes
Los perfumes personalizados sacaron la cabeza al mercado hace unos años, pero no han resultado tan exitosos como prometían en un principio. Algunas marcas se ofrecieron a elaborar perfumes «a medida», teniendo en cuenta la información proporcionada por el consumidor o consumidora y las características que se obtenían a través de una entrevista o cuestionario.
Otra modalidad la encontrábamos en los comercios de perfumería, en los que se ofrecía la posibilidad de que fuera el propio cliente quien creara su perfume personalizado a través de mezclas de fragancias que se ponían a su disposición. Sin embargo, los escasos conocimientos en perfumería de la mayoría de las personas que se decantaban por este tipo de formatos, y su incapacidad para crear sinergias aromáticas que funcionasen, hacían que el resultado final no fuese demasiado satisfactorio.
Los maquillajes personificables
A esta tendencia se han sumado las marcas de maquillaje. Algunos sellos permiten escoger —incluso desde su propia web— no solamente el color, de entre una amplia paleta, sino el formato, el envase, la medida, el aroma y hasta algunos aditivos que podemos o no incluir en la fórmula. En algunas ocasiones, podemos incluso descargar alguna aplicación de la marca para simular un maquillaje en nuestra piel con una simple fotografía.
Por otro lado, en la mayoría de droguerías podemos encontrar alguna marca que permite crear, por ejemplo, nuestra propia paleta de colores personalizada, y acorde a nuestra forma de maquillarnos y a nuestro tono natural de piel.
Por fin le llega el turno al skin care
Los últimos en subirse al tren de la personalización de cosméticos han sido los productos para el cuidado de la piel, probablemente por su mayor complejidad, puesto que hay varios factores que hay que tener en cuenta y podemos encontrarnos ante pieles con algún tipo de problemas dermatológicos.
Las oficinas de farmacia que cuentan con laboratorio propio pueden crear fórmulas personalizadas para cualquier cliente que no padezca, en principio, una patología en la piel, previo análisis cutáneo de la persona. También es cada vez más frecuente ver marcas propias desarrolladas en la farmacia que solo pueden comercializarse en el propio establecimiento, según indica la regulación europea en la materia.
Otra forma de optar por cosméticos personalizados es contratando los servicios de algún profesional de la Cosmetología, siempre y cuando la persona no padezca de problemas dermatológicos, en cuyo caso debería acudir a un dermatólogo. En este caso, previa entrevista y diagnóstico de la piel, el cosmetólogo o cosmetóloga recomendará una pauta personalizada de cuidado facial o capilar, que la persona deberá elaborar en casa siguiendo las indicaciones y recetas que se le ofrezcan.
Preparar cosméticos en casa
Cada vez son más las personas que optan por esta nueva tendencia de cosmética diy. Muchas empresas de venta de insumos cosméticos proporcionan bases preelaboradas de champús, geles, o cremas hidratantes a las cuales se pueden agregar posteriormente los activos que indique el profesional de la cosmetología.
Algunas marcas, como Rowenta, ya comercializan incluso aparatos para preparar cremas hidratantes caseras. Es este caso, su mini robot Naturlis garantiza unas mínimas condiciones higiénicas para evitar la excesiva manipulación de los ingredientes cuando realicemos las preparaciones en nuestro hogar.