Habrás escuchado hablar de la crioterapia, sin embargo, aunque parezca que ahora esté muy de moda, su origen remonta hacia el 3.500 a.C., al menos así lo demuestra un papiro encontrado que data de ese periodo en el que se dejó constancia de que ya se utilizaba por entonces el frío como agente terapéutico.
Los seres humanos disponemos de un sistema termorregulador que nos permite mantener la temperatura de nuestro cuerpo dentro de unos límites seguros, entre 36,5ºC y 37,5ºC, con el fin de preservar a nuestro organismo frente de las temperaturas externas. Dentro de este baremo seguro de temperaturas, existen variaciones que dependen de otros factores, como el sexo, el estilo de vida, la alimentación, incluso el ciclo menstrual, entre otros.
El frío como agente terapéutico
La crioterapia, también conocida como clioterapia, es una técnica que trabaja con fines no solamente estéticos, sino terapéuticos, y tiene como principio la aplicación de frío -suele realizarse con vapor de nitrógeno- para mejorar la apariencia de nuestra piel, ayudar a la eliminación de toxinas, acelerar el proceso de recuperación en casos de lesiones musculares, entre otras aplicaciones.
Cada vez está más extendido el uso entre deportistas de élite, como Cristiano Ronaldo, quien cuenta con una cabina de crioterapia en su propia casa. Por otro lado, muchos equipos de la NBA cuentan con cabinas en sus instalaciones deportivas para el uso de sus jugadores.
El principio de la crioterapia es actuar sobre el cuerpo generando un ambiente más frío que la temperatura interna. Este cambio de temperatura hará reaccionar al organismo, en un principio causando vasoconstricción en el sistema periférico, para evitar que se pierda calor interno. En este momento, se produce lo que se conoce vulgarmente como «piel de gallina«. Si el organismo no es capaz de mantener la temperatura, entonces de contraen el resto de sistemas vasculares.
La crioterapia estética
Más allá de los fines terapéuticos que ofrece la crioterapia deportiva, esta técnica ofrece muchas posibilidades en el campo de la estética por sus efectos demostrados sobre la piel y sobre el cabello. Los resultados son casi inmediatos, por ello son cada vez más las celebrities que incluyen la crioterapia en sus rutinas de belleza.
Las cabinas de crioterapia están siendo muy efectivas para tratar diferentes afecciones de la dermis, como las siguientes:
- Dermatitis atópica: es muy habitual entre los más pequeños, pero también afecta a la población adulta. El frío extremo provoca vasoconstricción, lo cual genera un efecto desinflamatorio.
- Psoriasis: al tratarse también de una enfermedad inflamatoria, provocada por una proliferación anormal de las células de la piel que se acumulan en placas sobre algunas zonas, también se beneficia de las propiedades de la crioterapia.
- Celulitis o piel de naranja: afecta a un buen porcentaje sobre todo entre la población femenina. Al actuar como eliminador de toxinas y quemador de grasa -también se emplea en tratamientos de adelgazamiento porque acelera el metabolismo-, la crioterapia es un buen tratamiento anticelulítico.
La crioterapia emocional
Otro efecto beneficioso que tiene aplicar frío sobre el organismo es la liberación inmediata de endorfinas, tales como la serotonina o más conocida como la «hormona de la felicidad». En este sentido, se está estudiando el efecto de la crioterapia sobre nuestro estado de ánimo, ya que las sesiones producen una agradable sensación de bienestar y relajación y podrían utilizarse como complemento de otras terapias para combatir estados de ansiedad y depresión.