La jubilación es una situación que se produce cuando un trabajador deja de trabajar por haber alcanzado una edad determinada y tiene derecho a una prestación económica de la Seguridad Social. Sin embargo, hay casos en los que un trabajador no puede seguir trabajando por haber sufrido una enfermedad o un accidente que le impide desempeñar su profesión con normalidad. En estos casos, se habla de incapacidad permanente, que es una situación que también da derecho a una prestación económica, pero con unas condiciones y unos requisitos diferentes.
La incapacidad permanente se clasifica en cuatro grados, según la capacidad laboral que le quede al trabajador: parcial, total, absoluta y gran invalidez. Cada grado tiene unas características y unas cuantías distintas, que se calculan en función de la base reguladora y el porcentaje aplicado. Además, la incapacidad permanente puede derivar de una enfermedad común o profesional, o de un accidente laboral o no laboral, lo que también influye en el importe de la pensión. En este artículo te contaremos que pasa con los pensionistas por incapacidad permanente cuando llega la edad de jubilación y cómo les afectará el retraso de la misma para 2027.
¿Qué pasa con los pensionistas por incapacidad permanente cuando llega la edad de jubilación?
Los pensionistas por incapacidad permanente pueden seguir cobrando su pensión hasta que llegue la edad de jubilación ordinaria, momento en el que se produce un cambio de denominación y se pasa a llamar pensión de jubilación. Sin embargo, este cambio no implica necesariamente una modificación en la cuantía de la pensión, salvo en algunos casos.
Los pensionistas por incapacidad permanente parcial no ven alterada su pensión al llegar a la edad de jubilación, ya que esta consiste en una indemnización a tanto alzado (24 mensualidades de la base reguladora) que se abona en un solo pago.
Los pensionistas por incapacidad permanente total pueden optar entre seguir cobrando su pensión o solicitar la pensión de jubilación si les resulta más favorable. La pensión por incapacidad permanente total es del 55% de la base reguladora, salvo que se tenga más de 55 años y se cumplan unos requisitos, en cuyo caso se incrementa al 75%. La pensión de jubilación se calcula aplicando un porcentaje a la base reguladora en función de los años cotizados. Por tanto, habrá que comparar ambas opciones y elegir la más beneficiosa.
Los pensionistas por incapacidad permanente absoluta y gran invalidez no tienen que solicitar la pensión de jubilación al llegar a la edad ordinaria, sino que siguen percibiendo su pensión por incapacidad permanente con el mismo importe. La pensión por incapacidad permanente absoluta es del 100% de la base reguladora y la pensión por gran invalidez es del 100% más un complemento para asistencia. Estas pensiones son superiores a las que se podrían obtener por jubilación ordinaria.
¿Qué efectos tendrá el aumento de la edad de jubilación?
La reforma de las pensiones tiene como objetivo garantizar la sostenibilidad del sistema público ante el aumento de la esperanza de vida y el descenso de la natalidad. Una de las medidas que se plantean es retrasar progresivamente la edad de jubilación ordinaria hasta los 67 años en 2027, salvo para aquellos trabajadores que hayan cotizado al menos 38 años y medio, que podrán jubilarse a los 65 años.
Este aumento de la edad de jubilación tendrá diferentes efectos sobre los pensionistas por incapacidad permanente, según el grado que tengan reconocido:
- Los pensionistas por incapacidad permanente parcial no se verán afectados, ya que su prestación es independiente de la edad.
- Los pensionistas por incapacidad permanente total podrán seguir cobrando su pensión hasta los 67 años (o 65 si han cotizado más de 38 años y medio), lo que supone un beneficio respecto a los trabajadores que no tienen reconocida ninguna incapacidad. Además, tendrán más tiempo para acumular cotizaciones y mejorar su base reguladora, lo que puede repercutir en una mayor pensión de jubilación si deciden solicitarla.
- Los pensionistas por incapacidad permanente absoluta y gran invalidez tampoco se verán afectados, ya que su pensión no cambia al llegar a la edad de jubilación. Sin embargo, podrían verse perjudicados si se aplican recortes o congelaciones en las revalorizaciones de las pensiones, que podrían reducir su poder adquisitivo.
En conclusión, la edad de jubilación es un factor que influye en la situación de los pensionistas por incapacidad permanente, pero no de la misma manera para todos. Mientras que algunos pueden beneficiarse del aumento de la edad de jubilación, otros pueden quedar al margen o verse perjudicados por otras medidas que afecten al sistema público de pensiones. Por ello, es importante estar informado y asesorado sobre los derechos y las opciones que se tienen en cada caso.