Si tienes piel propensa al acné, no sólo es importante tener especial cuidado sino que también es fundamental elegir los productos adecuados para tu piel. El acné es probablemente el problema más frustrante cuando se trata de la piel. No sólo daña la apariencia, sino que también provoca dolor e incomodidad. Para algunas personas, es un problema temporal, mientras que para otras puede requerir tratamiento y cuidados intensivos junto con el asesoramiento de un experto.
Una piel propensa al acné no se parece a ningún otro tipo de piel, donde los brotes ocurren con mayor facilidad y frecuencia. Entonces, ¿cómo se elige el producto de cuidado de la piel adecuado para pieles propensas al acné. Porque hay varias razones por las que aparece acné una y otra vez. El exceso de sebo es una de las causas principales, lo que provoca glándulas sebáceas hiperactivas que pueden provocar la obstrucción de los poros y la aparición de acné.
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A veces, una combinación de células muertas de la piel y sebo puede provocar poros congestionados, por lo que la piel puede requerir exfoliación. Además, la presencia de bacterias, también llamadas propionibacterium acnes, dentro de los poros obstruidos contribuye a la inflamación. Según un estudio publicado en el Journal Of Clinical Microbiology , estos son más frecuentes en las zonas sebáceas de la piel, pero también abundan en las zonas secas.
El papel de las fluctuaciones hormonales, especialmente durante la pubertad o los ciclos menstruales, como causa del acné. Según la Clínica Cleveland, el acné hormonal ocurre cuando los cambios hormonales aumentan la cantidad de producción de grasa en la piel. Esto a su vez interactúa con las bacterias de los poros de la piel, lo que provoca acné.
Recorrer el camino para lograr una piel radiante y sin imperfecciones es complejo y, por lo tanto, la piel propensa al acné requiere un régimen distinto para prevenir los brotes. Y para ello, es necesario: ácido salicílico: este potente betahidroxiácido actúa como una exfoliación suave, lo que ayuda a eliminar los poros obstruidos y disminuye la inflamación. Peróxido de benzoilo: Tiene propiedades antimicrobianas que combaten las bacterias que causan el acné. Se puede encontrar en limpiadores, cremas y tratamientos específicos.
Niacinamida: también conocida como vitamina B3, controla la producción de sebo y reduce la inflamación. Suelen estar integrados en sueros y cremas hidratantes. Ácido hialurónico: aunque no es un componente típico para combatir el acné, es vital para mantener la hidratación de la piel sin obstruir los poros. Se puede encontrar en humectantes sin aceite, según el Dr. Chopra.
Retinoides: derivados de la vitamina A, los retinoides aceleran la renovación celular, limpian los poros obstruidos y previenen los comedones, que son poros o folículos pilosos que se han bloqueado con bacterias, grasa y células muertas de la piel.
Realiza pruebas de parche para conocer tu tipo de piel y evita cualquier posibilidad de reacción ante la introducción de un nuevo producto. Opta por un limpiador suave y sin perfume para conservar los aceites naturales de la piel. Evita sustancias como alcohol, fragancias y exfoliantes abrasivos. Utiliza una crema hidratante suave que no obstruya los poros para salvaguardar la salud de la piel.
Aplica protector solar para proteger la piel de los rayos ultravioleta (UV). Mantén un régimen de cuidado de la piel que sea fácil de seguir. En definitiva, el ácido salicílico, el peróxido de benzoilo y la niacinamida tienen una gran importancia en el tratamiento de la piel propensa al acné. La piel sensible requiere preferencia por componentes suaves, pruebas preliminares de parche y protección solar. Esto no sólo puede ayudarle a lograr una piel más sana, sino que también puede brindarle una belleza radiante.