En los momentos donde la ansiedad está a tope, el estrés por las nubes, la incertidumbre a flor de piel y la tristeza cercana, es vital mantener la calma y no caer en las trampas que los nervios dejan por doquier. Ahora bien, aunque no lo creas, no es tumbarnos en la cama con música triste, lo que nos alivia, en realidad, una buena forma de reducir toda esta tensión, es llevando a cabo las tareas de limpieza en el hogar.
Puede que parezca imposible, pero es la verdad. Existen labores domésticas que sirven para regular las emociones negativas que sentimos día a día, y que, de cierta forma (en combinación con ayuda psicológica y técnicas de relajación), sirven como una especie de terapia. Así que, si tu casa y tu cabeza están hechos un caos, da el primer paso con el aspirador y un par de paños. ¡Sigue leyendo y pon en práctica estas recomendaciones tu hogar!
5 tareas domésticas que favorecen al bienestar emocional
No siempre una casa sucia y desordenada está relacionada con la falta de tiempo o voluntad, en otros casos, la bruma mental es la que no deja energía suficiente para dar el paso. Sin embargo, el caos externo ocasiona más caos en el pensamiento, por lo que es fundamental tomar cartas en el asunto, limpiar y organizar para obtener alivio y bienestar emocional. Prueba con lo siguiente:
- Lavar los platos: Un estudio de la Universidad Estatal de Florida indica que lavar los platos genera mayor grado de conciencia y atención plena, lo cual, indirectamente, alivia el estrés, nerviosismo, mejora el ánimo e incrementa la inspiración.
- Cuidar las plantas: La sensación de la tierra en nuestras manos, el aroma de las flores o frutos, el agua mojando la tierra y las hojas llenas de vitalidad son pequeños detalles que nos vinculan con el placer.
- Barrer o aspirar: Caminar descalzo y sentir la mugre en tus pies es un desencadenante secreto de la frustración que muy pocos logran reconocer (sean o no amantes de la limpieza). Por eso, barrer o aspirar el suelo y las alfombras, además de aportar un momento de silencio mental durante la labor, contribuye a la relajación.
- Ordenar el armario y los cajones: El ruido visual de la ropa desordenada desespera, sin contar con el tiempo que se pierde buscando una prenda en específico. El proceso de organizar cada cosa en su sitio proporciona un rato de “meditación” y “equilibrio” y beneficia en el futuro a dar con la ropa indicada en segundos.
- Cocinar: El aroma de los alimentos al cortarlos y cocinarlos despierta sensaciones positivas y contribuye a la calma, somatiza la angustia y, aunque lo creas imposible, funciona como una práctica terapéutica.
Nota: También aplica en la despensa, alacena y los cajones donde guardas los cubiertos y condimentos en general.
Los especialistas en neuropsicología explican que el efecto calmante de la limpieza se enfoca en la vista, pues el desorden implica distracción visual, sobrecarga psicológica, malestar y angustia, mientras que el orden confiere serenidad y mejor gestión del tiempo. Eso sí, no es un reemplazo del proceso terapéutico profesional, sino un complemento que ayuda en gran medida si se realiza correctamente.