Las dos últimas semanas en el Reino Unido han tenido un único tema de conversación: el fallecimiento de la reina Isabel II. La monarca británica fallecía a sus 96 años en el Castillo de Balmoral, su residencia habitual de verano, revolucionando por completo el panorama de todo un país que perdía a una de sus figuras más emblemáticas de todos los tiempos por trayectoria y legado.
Pero más allá del aspecto sentimental que supuso esta pérdida para Reino Unido, el país británico también se preparó para una serie de acontecimientos y cambios que duraron en todo el territorio nacional aproximadamente 10 días cumpliendo con el protocolo que establece la ‘Operación Puente de Londres’. Un trámite legal que tuvo su clausura con el funeral de la reina Isabel II el pasado 19 de septiembre.
Durante el evento hicieron acto de presencia múltiples protagonistas invitados por la Casa Real Británica, pero más allá de monarcas, jefes de estado y numerosas celebridades, el auténtico foco de atención estuvo en los herederos de la corona: el actual rey Carlos III y los nuevos herederos al trono, su hijo Guillermo y su esposa Kate Middelton.
El príncipe de Gales fue uno de los nombres que más sonó tras el fallecimiento de su abuela, pues fueron muchos quienes pidieron una sucesión directa hacia Guillermo dejando así a Carlos sin reinado, pero además del apartado legal, tanto él como su esposa Kate, llenaron muchas portadas por el reencuentro que mantuvieron ambos con los duques de Sussex, Harry y Megan, después de que estos renunciasen a su lugar en el seno de la familia real.
La figura más relevante
A pesar de su reaparición junto a la familia real británica, Kate consiguió imponerse a Megan como la figura femenina más relevante de todas, a pesar de las numerosas muecas que dejó entre ver la duquesa de Sussex como guiños a Lady Di que hizo públicos a través de su vestimenta. Especialmente con un traje negro para simbolizar el luto, que coronó con un broche rojo.
Sin embargo, todos esos detalles quedaron a la sombra cuando la princesa de Gales apareció durante la ceremonia del funeral con una de las joyas más deseadas de la reina Isabel II. Kate Middelton le quiso rendir homenaje a la monarca británica fallecida con una selección de joyas entre la que se destacó con gran fortaleza una gargantilla de lo más especial con la que acompañó su estilismo.
La princesa de Gales optó para el funeral por una vestimenta tradicional completamente negra que simbolizaba el luto, a través de un vestido largo tipo abrigo y un sombrero de ala con velo. Todo demasiado sobrio, siendo el estilismo perfecto para resaltar con una joya que con anterioridad, había sido usada a lo largo de los años por varios miembros de la familia real, incluida por supuesto la reina Isabel II y la princesa Diana.
La pieza en cuestión, se trata de un collar de perlas corto que quedó visible sobre el escote del atuendo que lució la princesa de Gales durante la ceremonia. La pieza estaba compuesta por una gargantilla de perlas japonesas de cuatro filas, que se unían a través de un broche repleto de diamantes curvo en la parte central. Una elección que lejos de ser una simple coincidencia, es, sin duda, un gesto con el que la princesa quiso homenajear a la reina.
También hubo otros guiños
La gargantilla que lució Kate se desveló cuando la princesa llegaba a la Abadía de Westminster para celebrar el funeral. Lo que entonces parecía un hecho aislado, la Familia Real lo enlazó momentos antes con la publicación de una fotografía que no había visto la luz hasta ese momento. En ella aparecía la reina Isabel II con el mismo collar que lució la princesa de Gales, que antes también lució en otros compromisos como aquel en Bangladesh durante el año 1983.
«Antes del funeral de Su Majestad la reina, se ha publicado una nueva fotografía», comunicó la Familia Real en su cuenta oficial de Instagram. «Se tomó este año para conmemorar el Jubileo de Platino de Su Majestad, ya que se convirtió en la primera monarca británica en alcanzar este hito», terminaba describiendo una imagen, que realzaba todavía más el valor de esa joya.
Una joya que, sin embargo, no fue la única que lució la princesa de Gales después del fallecimiento de la reina Isabel II. Durante el fin de semana anterior al entierro, la princesa de Gales usó otra pieza de perlas que también era propiedad de la monarca antes de fallecer. En este caso, se trataba de algo más sencillo y discreto, un collar más largo de tres hilos que, según los informes, fue la joya que acompañó a la monarca todos y cada uno de los días, hasta su fallecimiento.