Alquilar una vivienda es una alternativa cada vez más popular para quienes buscan flexibilidad o no están listos para comprometerse con la compra de un inmueble. Sin embargo, más allá del precio mensual que se acuerda con el arrendador, existe una serie de gastos adicionales que, a menudo, no se toman en cuenta pero que pueden sumar una cantidad considerable. Estos costos ocultos pueden variar dependiendo de la ubicación, tipo de propiedad y otros factores, y es esencial estar bien informado para evitar sorpresas desagradables en nuestro presupuesto.
Para muchos, el alquiler representa una opción menos engorrosa que la compra, con menos responsabilidades a largo plazo. Pero, si no se planifica adecuadamente, los gastos extra asociados pueden generar estrés financiero. Desde depósitos y garantías hasta gastos de mantenimiento o servicios no incluidos, es fundamental conocer todos los aspectos económicos relacionados con el alquiler de una vivienda para tomar decisiones informadas y gestionar eficientemente nuestras finanzas. A continuación te mostramos algunos de esos gastos clave para que puedas tenerlos en cuenta antes de tomar una decisión.
Gastos extra asociados al alquiler de una vivienda: veamos cuáles son
Antes de mudarse, es habitual que se solicite el pago de una fianza o depósito. Este monto, que suele ser equivalente a uno o dos meses de alquiler, se utiliza como garantía ante posibles daños a la propiedad o impagos. Aunque en muchos casos es reembolsable al finalizar el contrato, es un diseño inicial a considerar. Si bien algunos contratos incluyen los gastos de comunidad en el alquiler, otros no. Esto implica que el arrendatario debe cubrir estos gastos por separado. Lo mismo ocurre con los servicios básicos como agua, luz, gas o internet, que no siempre están incluidos en la mensualidad.
Iniciar un contrato de alquiler generalmente conlleva mudarse, y eso tiene un coste. Desde contratar a una empresa de mudanzas hasta adquirir mobiliario si la vivienda no está amueblada, hay que prepararse para estos gastos iniciales. Además, puede que desees hacer pequeñas mejoras para sentirte más cómodo en tu nuevo hogar, como comprar cortinas, lámparas o algún electrodoméstico que no esté incluido.
Aunque los gastos mayores suelen correr por cuenta del propietario, pequeñas reparaciones o mantenimientos pueden quedar a cargo del inquilino, sobre todo si son producto del desgaste por su uso. El propietario tendrá un seguro para la vivienda, pero esto no cubre tus pertenencias personales. Contratar un seguro de hogar para inquilinos puede ser una decisión inteligente para proteger tus objetos de valor. Es fundamental revisar el contrato de alquiler en busca de cláusulas de incremento anual. Según la legislación o el acuerdo, el alquiler puede aumentar anualmente un porcentaje basado en la inflación o en otros índices.
En caso de necesitar abandonar la vivienda antes de finalizar el contrato, es posible que se deban pagar penalizaciones. Es esencial conocer estos términos antes de firmar. Por otro lado, si disponemos de mascotas, es posible que se requiera un depósito adicional o un pequeño incremento en la renta mensual, ya que las mascotas pueden causar daños o desgaste adicional en la vivienda. Si la vivienda no cuenta con una plaza de parking incluida y la necesitas, deberás considerar el alquiler de una, lo que puede aumentar considerablemente el coste mensual, especialmente en zonas céntricas o con alta demanda.