La sequedad en la piel es motivo de visita frecuente en las consultas dermatológicas. Sin embargo, muchas veces ignoramos que el uso indiscriminado de sulfatos es el responsable de que nuestra piel se someta a un estrés constante que reseca nuestra piel, provocando picores y tirantez. Te enseñamos a preparar un gel casero de ducha con muy pocos ingredientes fáciles de encontrar.
Los sulfatos de los geles convencionales
Si te acercas a tu cuarto de baño a mirar los ingredientes que contiene tu gel o tu champú, a menos que los hayas adquirido en una tienda de cosmética natural, lo más probable es que contengan alguno de los sulfatos más empleados en cosmética convencional: sodium laureth sulfate o sodium lauryl sulfate. Estos tensioactivos aniónicos tienen un gran poder detergente muy efectivo con la suciedad, pero arrasan con el manto hidrolipídico de nuestra piel, dejándola desprovista de su sebo natural y volviéndola dependiente de cremas hidratantes para compensar el efecto limpiador. Esto provoca casos de prurito, irritaciones, enrojecimiento de la piel y empeora los casos de piel atópica.
Por ello, cada vez son más las personas que optan por limpiadores realizados con ingredientes naturales y más respetuosos con nuestra piel y el medio ambiente, ya que los sulfatos no son biodegradables y contaminan el medio marino. Una buena opción son los jabones de glicerina vegetal. Sin embargo, muchas veces estos jabones podrían producir también desecamiento de la piel que podría contrarrestarse con el uso de ingredientes nutritivos como en la receta que te proponemos más abajo.
Aceites vegetales que ayudan a tu piel a estar nutrida e hidratada
Además de los aceites que puedas tener en tu despensa, los cuales pueden ser perfectamente aprovechables para preparar un sinfín de recetas de cosmética casera siempre y cuando sean de calidad, en los herbolarios cada día se comercializan más aceites diferentes, muchas veces importados de otros países por sus propiedades nutritivas y cosméticas. Te propongo que varíes esta receta combinando los aceites e hidrolatos que más te satisfagan, sé creativa e idea tu propia fórmula única que solo podréis disfrutar en exclusiva tú y tu familia. ¡Esa es la magia de la cosmética casera natural!
Receta de gel casero de ducha
Para esta receta puedes utilizar los aceites que más te convengan o que sean más accesibles dependiendo del lugar del planeta en el que residas. Puedes combinar todos los aceites que quieras respetando la cantidad que te propongo, o simplemente utilizar un único aceite. También puedes añadir unas gotas de tu aceite esencial preferido (te aconsejo que no sea más del 1% de la fórmula) y, de este modo, mejorar la experiencia a la hora de utilizar tu gel.
- 300 gramos de agua mineral, destilada o hidrolato (puede ser hidrolato de rosa damascena, azahar, romero…)
- 50 gramos de jabón de glicerina sólido
- 20 gramos de aceite de oliva virgen extra
- 10 gramos de aceite de almendras dulces
- 3 gramos de vitamina E
Preparación del gel de ducha natural
Ralla el jabón de glicerina o córtalo a trocitos muy pequeños. En un bol previamente esterilizado añade todos los ingredientes, incluido el jabón rallado, y llévalo al baño maría hasta que el jabón se haya disuelto por completo.
Retira del fuego y deja enfriar. Por último añade la vitamina E, el aceite esencial que hayas escogido y envasa.
Si tu piel es muy seca, verás que en poco tiempo empezarás a notar los resultados positivos de lavarla con este gel natural.