Hay dos tipos de personas en la vida: los que duermen sin necesidad de cubrirse con nada y los que duermen como una momia totalmente abrigada. Por mi parte, soy del segundo grupo y no puedo dormir sin taparme de pie a cuello con mi edredón favorito, en especial después de su lavado, pues se siente suave y con un aroma a limpio muy relajante.
No obstante, si no se tiene mucha experiencia en el tema, el dolor de cabeza llega a la hora de lavarlos cuando estas dudas salen a flote: ¿Cuál es la forma correcta de lavar un edredón sin deformarlo?, ¿debería usar agua fría o caliente?, ¿puedo secarlo en la secadora?, ¿qué cuidados se deben tener para alargar su vida útil? Esta y otras interrogantes las responderé para ti. Sigue leyendo y toma nota de cómo dejar tu edredón impecable, paso a paso y sin meter la pata.
Cómo lavar un edredón correctamente
Antes que nada, debes saber que los edredones, cobertores, colchas o cobijas se lavan de manera diferente a lo habitual con la ropa de cama más ligera, y aunque parezca raro, no se recomienda lavarlos tan a menudo. Lo esencial es seguir las indicaciones que vienen en la etiqueta del fabricante, pero si no la tiene o la cortaste sin querer, sigue las instrucciones que a continuación verás.
En lavadora:
- Extiende el edredón y fíjate si no hay manchas o roturas. En caso de que si haya, trata las manchas previamente frotando por un minuto con un cepillo de cerdas suaves y un poco de jabón enzimático y mientras actúa, repara cualquier rasgadura que veas antes de introducirlo a la lavadora para no estropearlo aún más.
- Introduce el edredón en la lavadora, y si aún hay espacio, lávalo con prendas de tejidos y colores similares.
- Hecho lo anterior, selecciona un ciclo de lavado delicado/suave con agua fría o templada, a máxima capacidad de carga, con un detergente que no sea agresivo y a una dosis adecuada para que no queden residuos en el relleno del cobertor.
- A la hora de secarlo, hazlo a baja temperatura y no por mucho tiempo (la idea es exprimir más que secar), además, añade 2 a 3 bolas de lana para secadora para esponjar el relleno (o pelotas de tenis limpias), sacúdelo bien al sacarlo y si aún está húmedo, cuélgalo al aire libre hasta que se seque por completo.
Nota: Evita añadir suavizante de telas líquido, pues podría ocasionar manchas. Mejor vierte media taza de vinagre blanco cuando inicie el ciclo de aclarado final.
A mano:
En caso de que tu lavadora sea pequeña y no admita el tamaño del edredón o colcha, también puedes hacerlo a mano siguiendo estos pasos:
- Al igual que en el proceso anterior, debes asegurarte que no haya roturas o manchas en el tejido. En caso de que haya manchas, puedes eliminarlas con un detergente a base de enzimas o con agua oxigenada y bicarbonato si son manchas persistentes de sangre o algún otro fluido corporal. ¡No uses lejía ni agua caliente, puede fijar aún más este tipo de manchas!
- Una vez tratada la mancha, llena un barreño amplio o la bañera con agua fría o templada, agrega jabón líquido y agita con tus manos para que se mezclen bien.
- Sumerge el edredón, frota y mueve con tus manos hasta que se empape por completo y déjalo en remojo por 15 a 20 minutos para que la suciedad se ablande y salga poco a poco.
- Pasado este tiempo, agita un poco más y luego aclara con agua limpia hasta que ya no salga espuma.
- Finalmente, desecha el agua, escurre todo lo posible el edredón y cuélgalo al aire libre, en un tendedero o en una rejilla de secado especial, en un sitio con mucha ventilación y luz natural.
No olvides comprobar que esté totalmente libre de humedad antes de extenderlo en la cama o colocarlo en el armario, de lo contrario, apestará y crecerá moho en sus fibras. Igualmente, si decides guardarlo porque ya ha iniciado el verano, lo ideal es hacerlo en un lugar donde no haya humedad y dentro de una funda de almohadas vieja para protegerlo del polvo y polillas.