Una nueva tendencia llegada de Corea que puedes realizar cómodamente en tu casa es sustituir el agua del grifo con la que sueles lavar tu cutis por agua con gas. Como lo oyes, este remedio casero ha llegado pisando fuerte en Occidente y muchas personas que lo han probado ya dan fe de su efectividad.
Parece ser que este truco de belleza se ideó en Japón, aunque fueron las coreanas las que lo popularizaron. Ya conoces los beneficios de la cosmética coreana, y no tienes nada que perder con un remedio que te va a costar apenas algunos céntimos de euro y que podrás realizar en tu propia casa sin necesidad de acudir a un gabinete de estética.
¿En qué consiste la limpieza facial con agua con gas?
Cabe decir que el agua con gas no va a actuar como desmaquillante. Si tienes que retirar los restos de maquillaje, deberás hacerlo con tu producto habitual previamente. Una vez tengas el cutis libre de residuos, podrás dar paso a este fantástico ritual.
El remedio es tan sencillo como preparar un plato hondo o un bol en el que verterás un poco de agua carbonatada mezclada a partes iguales con agua mineral. Esta mezcla se sugiere para que el efecto de las burbujas no sea tan fuerte sobre tu piel, aunque también puedes probar a añadir más o menos agua con gas en función de la sensibilidad de tu cutis o del nivel de sebo del mismo (a más grasa, más agua con gas).
Una vez tengas tu mezcla preparada, retén la respiración y sumerge el rostro durante 15 segundos en el bol. Es el tiempo que aconsejan las expertas en la materia, aunque puedes variar la exposición en función de cómo sientas tu piel. Puedes incluso repetir la misma operación dos o tres veces.
Otra forma más amigable de realizar la limpieza es impregnando algodones en la mezcla y aplicarla sobre el rostro con ligeros golpecitos. También puedes realizar una bruma facial añadiendo la mezcla en un pulverizador y esparciéndola directamente sobre el rostro.
Frecuencia semanal para realizar las inmersiones en agua carbonatada
Como cada piel es distinta, lo más recomendable es que comiences con una inmersión por semana y vayas observando cómo responde tu cutis. De este modo podrás ir estableciendo una rutina y marcar tú misma la frecuencia. Por lo general, suele practicarse una o dos veces por semana para poder obtener resultados visibles.
Las personas que tengan tendencia a tener la piel grasa o que sufren de acné pueden realizar este ritual hasta tres veces por semana.
Beneficios de utilizar agua con gas sobre la piel
Cabe decir que es importante estudiar la calidad del agua que vamos a utilizar. En el caso de agua con gas, ésta debe ser agua mineral con gas. No se trata de comprar las clásicas bebidas carbonatadas con azúcar que podemos encontrar en el supermercado. De igual modo, el agua mineral que formará parte de la mezcla debe ser rica en minerales para que nuestra piel pueda aprovecharse al máximo de los beneficios que puedan aportar algunos de ellos, como el calcio
La sinergia de ambos tipos de agua harán que tu piel esté, no solamente más limpia y exfoliada -por el efecto burbujeante del agua con gas que se encargará de eliminar la suciedad de los poros-, sino más brillante y más tersa. El agua mineral ayuda a fortalecer las fibras de colágeno y oxigena la piel, dándole un aspecto más sano y fresco.
Incompatibilidades del tratamiento con agua carbonatada
En principio se trata de un remedio apto para todo tipo de pieles, si bien está especialmente recomendado para pieles con tendencia seborreica y con acné. Por otro lado, si tu piel es sensible, reactiva o si padeces eczemas o rosácea, deberías ser más prudente a la hora de realizar el tratamiento. Prueba a realizarlo solo una vez por semana y analiza los resultados para ver si es idóneo para tu piel.