En la rutina capilar, existe un paso que es un must para unas y un paso totalmente prescindible para otras. Estamos hablando del acondicionador, el paso hidratante después del champú que no todas las personas aplican.
A la hora de cuidar de nuestro cabello, buscamos un pelo con brillo, sedoso y repleto de belleza natural. Pero, si muchos de los champús que hay hoy en día en el mercado prometen estas cualidades, ¿podemos acortar tiempo a la rutina capilar y saltarnos la aplicación del acondicionador? ¿Cuán imprescindible es aplicarlo y en qué casos? Lo desvelamos.
¿Qué función tiene un acondicionador en el cabello?
La función del acondicionador capilar es hidratar y mejorar el aspecto del cabello después del lavado con champú. Para limpiar el pelo en profundidad, los tensioactivos del champú abren la cutícula de la melena, con tal de eliminar profundamente los restos de suciedad.
Si después de aclarar el champú, no aplicas acondicionador, esa cutícula quedará abierta, generando un pelo seco, opaco y las odiadas puntas abiertas. Así pues, el acondicionador protege y embellece el cabello después del lavado, restablece la hidratación, desenreda el cabello, previene la rotura de puntas y reduce el encrespamiento.
Pero, si no utilizas acondicionador, tu cabello estará más seco y apagado, puede quedar desprotegido ante los factores externos: radiación solar, contaminación. Si además tienes el cabello largo, te puede resultar difícil el peinado, e incluso puedes favorecer la rotura de la fibra capilar.
Por eso el uso del acondicionador tras la aplicación del champú, no te recomendamos que sea un paso negociable, ni por tiempo, ni por creer que puede ensuciar antes nuestro cabello o restarnos volumen. El acondicionador es un paso imprescindible para todas. Y si eres de las que piensa que puede ensuciar tu cabello, a lo mejor no has encontrado tu acondicionador.
Beneficios del uso del acondicionador
Si incorporas el acondicionador en tu rutina capilar de manera insaltable, los beneficios son numerosos. Entre ellos, mejora la estructura del cabello al proteger la fibra capilar desde el interior, actuando así contra las agresiones externas, como la contaminación, radiación UV.
Previene la rotura de puntas, al mantener mejor la hidratación del cabello. Este, además de mostrarse más suave y fácil de desenredar, resiste mejor al secado, plancha y peinado.
Aporta brillo al cabello, ya que mantiene las escamas de la cutícula compactas y cohesionadas, ejerciendo además de escudo protector.
También mejora el temido encrespamiento, al proteger los lípidos del cabello. Esto consigue que la fibra capilar sea menos susceptible a la electricidad estática, mejorando también la peinabilidad y el brillo.
¿Qué tipos de acondicionadores existen?
Existen distintos tipos de acondicionadores para el cabello, y cada uno tiene un propósito específico:
1. Acondicionador con aclarado
Es el más frecuente, también llamado «suavizante», se utiliza después del champú para hidratar, suavizar, desenredar el cabello y cerrar la cutícula consiguiendo que el cabello quede más luminoso y protegido.
Entre nuestros favoritos está el H04 Acondicionador (24€) de Modesta Cassinello, indicado para todo tipo de cabello. Después del lavar tu cabello, elimina el exceso de humedad con una toalla y aplica el acondicionador en tus manos. Luego repártelo sobre el cabello húmedo, de medios a puntas, evitando la raíz al ser la zona más grasa, especialmente en cabellos finos y/o con tendencia a grasa.
2. Acondicionador sin aclarado (leave-in)
Este tipo de acondicionador no necesita enjuague, por lo que es muy útil en cabellos finos, rizados o como paso extra en cualquier tipo de cabello. Forma parte de los pasos del método curly porque su textura en agua o muy ligera no aporta peso al pelo, ni apelmaza los rizos.
3. Acondicionador sólido
Una opción efectiva y respetuosa con el medio ambiente por su tamaño reducido, cero plásticos y activos de origen natural que garantizan un cabello suave, manejable y protegido. Los acondicionadores sólidos son compactos y pesan poco, lo que los hace ideales para viajar, llevar al gimnasio, etc.
5 claves para utilizar el acondicionador ideal
Si todavía crees que el acondicionador capilar no es para ti puede que el problema no sea el producto en sí, sino que no has elegido el más adecuado para tu tipo de cabello. Por ejemplo, un acondicionador muy denso en un cabello fino puede generar peso, languidez y hasta engrasarlo.
También puede ser que no lo estés aplicando correctamente o que no lo aclares lo suficiente. Toma nota de nuestros cinco consejos fundamentales para usar el acondicionador: ponlos en práctica y verás como te maravillas con los resultados.
- Elige el acondicionador correcto. Observa bien las necesidades de tu cabello. Este paso es importante para que no te reste volumen, ni te quite la sensación de pelo de limpio por haber utilizado uno para pelos más grasos que el tuyo.
- Aplícalo antes o después de haber lavado el cabello.
- La correcta forma de aplicación es clave. La belleza de nuestro cabello no solo depende del valioso ingrediente incorporado a la fórmula, sino de una aplicación correcta.
- ¿Cuánto acondicionador aplicar? Sigue el lema de “menos es más”. Aplica solo la cantidad justa y necesaria en medios y largos, sobre todo si tienes el cuero cabelludo con tendencia a grasa.
- El uso de un acondicionador no excluye el uso de otros tratamientos capilares. Mascarillas para una hidratación más profunda o sérums para reparar o mejorar la hidratación, todos estos productos se complementan.
Ahora que ya sabes todo sobre los beneficios del acondicionador y por qué no debes saltártelo en tu rutina capilar: ¿a qué esperas para lavarte el pelo y ponerlos en práctica?