Muchas personas se han dedicado a lo largo de su vida a las labores domésticas y al cuidado de la familia, sin haber cotizado a la Seguridad Social. Esto les impide acceder a una pensión contributiva de jubilación, que requiere un mínimo de 15 años de cotización. Sin embargo, estas personas no están desamparadas, ya que pueden optar a una prestación no contributiva, que reconoce el derecho a una ayuda económica a quienes carecen de recursos suficientes y no cumplen los requisitos para una pensión contributiva.
En este artículo vamos a explicar qué es la pensión no contributiva de jubilación, cuáles son los requisitos para solicitarla, cuánto se cobra y cómo se tramita. También veremos algunas ventajas y desventajas de esta prestación, así como algunas alternativas para mejorar la situación económica de las personas que han sido amas de casa toda su vida.
Requisitos para solicitar la prestación no contributiva de jubilación y su cuantía
Si tienes más de 65 años y no has cotizado lo suficiente para recibir una pensión contributiva, puedes solicitar una prestación no contributiva de jubilación. Esta prestación es una ayuda económica que te garantiza un mínimo de recursos si no tienes otros ingresos o son muy bajos.
Para acceder a esta prestación, debes cumplir algunos requisitos, como ser español o tener residencia legal en España, no cobrar otra prestación por el mismo motivo y no estar en un centro público. Además, tus ingresos anuales no deben superar los 6.784,54 euros si vives solo o una cantidad mayor si vives con tu familia, según el número de miembros que la componen.
La cuantía de la prestación no contributiva de jubilación depende del nivel de ingresos del solicitante y del número de miembros de su unidad familiar. La cuantía íntegra para el año 2023 es de 484,64 euros al mes (6.784,54 euros al año) y se percibe en 14 pagas. La cuantía mínima es del 25% de la íntegra, es decir, 121,15 euros al mes (1.696,14 euros al año).
Ventajas y desventajas de la prestación no contributiva de jubilación
Antes de solicitar la prestación no contributiva de jubilación, es conveniente conocer sus ventajas y desventajas. Esta prestación es una ayuda económica que se otorga a las personas que no han cotizado o que no tienen derecho a una pensión contributiva, siempre que no tengan otros ingresos o sean muy bajos. Además, esta prestación les da acceso a la asistencia sanitaria gratuita, al carné de pensionista, a un incremento del 50% si necesitan ayuda de otra persona y a un complemento por mínimos si cobran una pensión contributiva por viudedad u orfandad.
Sin embargo, esta prestación también tiene inconvenientes. Su cuantía es muy baja y no cubre el umbral de pobreza. Su concesión está sujeta a revisiones periódicas que pueden reducir o suspender la prestación. Su percepción es incompatible con el trabajo remunerado, salvo excepciones. Y no genera derecho a otras prestaciones derivadas, como la pensión de viudedad o la pensión en favor de familiares.
Alternativas para mejorar la situación económica de las personas que han sido amas de casa toda su vida
Las personas que han sido amas de casa toda su vida pueden optar a otras alternativas para mejorar su situación económica, además o en lugar de solicitar la prestación no contributiva. Algunas de estas alternativas son las siguientes:
- Solicitar el subsidio por mayores de 52 años, si se cumplen los requisitos para acceder a esta ayuda para desempleados mayores de edad. El subsidio por mayores de 52 años consiste en una ayuda mensual equivalente al 80% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), que en 2023 es de 451,92 euros al mes (6.326,88 euros al año).
- Solicitar el ingreso mínimo vital (IMV), si se cumplen los requisitos para acceder a esta renta mínima garantizada para las personas y familias en situación de vulnerabilidad. El IMV es una prestación mensual variable según el número y la composición del hogar, que oscila entre los 470 euros y los 1.015 euros al mes.
- Solicitar otras ayudas sociales autonómicas o municipales, como las rentas mínimas o las ayudas de emergencia social, que pueden complementar los ingresos insuficientes o cubrir necesidades específicas.
Ser ama de casa es una labor muy importante y valiosa, que contribuye al bienestar de la familia y de la sociedad. Sin embargo, muchas personas que se han dedicado a esta tarea no han podido cotizar a la Seguridad Social y se encuentran con dificultades económicas al llegar a la edad de jubilación. Por eso, es importante que conozcan sus derechos y las opciones que tienen para mejorar su situación. Esperamos que este artículo te haya sido de utilidad y que te ayude a tomar las mejores decisiones para tu futuro. Si tienes alguna duda o consulta, puedes contactar con un asesor especializado en pensiones que te oriente sobre tu caso concreto.