Quizás seas de las que gastan fortunas en cremas, realizan rutinas de belleza diaria, incluso un par de veces por semana practican yoga facial. Esperamos que así sea y que tu rostro luzca radiante. Sin embargo, muchas personas que dedican horas al cuidado facial, pero obvian un factor decisivo que juega en contra del envejecimiento: la exposición solar. Aquí tienen un papel importante los productos aftersun que favorecen la regeneración cutánea.
No todo consiste en la fotoprotección
A estas alturas, tenemos asumida la importancia de los protectores solares en el cuidado de nuestra piel antes y después de someterla al estrés solar. Sabemos que la fotoprotección es decisiva, no sólo para evitar las consecuencias del fotoenvejecimiento —manchas cutáneas o arrugas—, sino para prevenir la aparición de cáncer de piel.
Sin embargo, cabe recordar que la protección total no existe, y tras una exposición solar, nuestra piel ha absorbido radiación UVA y UVB. Las radiaciones solares generan la producción de radicales libres, que causan fotoenvejecimiento, fotocarginogénesis y fotoinmunosupresión.
Por otro lado, se está descubriendo que gran parte de los productos de protección solar no protege de los radicales libres. Se ha realizado una petición abierta a change.org, en la que se denuncia, no solamente la falta de protección de estos cosméticos frente a los radicales libres —y las consecuencias negativas que ello tiene sobre nuestro organismo—, sino que algunos ingredientes de las fórmulas incluso podrían facilitar que se liberasen más.
¿Cómo podemos luchar contra los radicales libres de la radiación solar?
La forma más sencilla para evitar la producción de radicales libres es consumir productos ricos en antioxidantes, tales como alimentos que contengan grandes cantidades de vitamina A, B y C. Lo mejor es que llenes tu despensa con muchas verduras de colores: tomates, zanahorias (betacarotenos), todo tipo de frutas de verano y frutos secos.
Intenta no utilizar protectores que contengan sustancias sospechosas de generar radicales libres, como la oxibenzona o el octinoxato.
Formas de cuidar la piel en verano
Habrás deducido que tu piel precisa rutinas de cuidado extra durante los meses de mayor radiación UV. Por ello, además de tu limpieza e hidratación diarias, deberás añadir un protector solar cuando tengas que salir a la calle, aún cuando no vayas a realizar exposiciones directas al sol. Por otro lado, tendrás que utilizar algún producto regenerador después de haberte sometido a radiaciones UV, como un buen aftersun. También puedes optar por remedios naturales, como aceite de hipérico o el gel de aloe vera.
Otro factor decisivo es mantener la piel hidratada. La cantidad de agua de tu piel dependerá también de tu biotipo, aunque es lógico que los factores externos durante los meses de calor, como el agua del mar, el cloro de las piscinas y el calor, contribuyen a deshidratar la piel con facilidad. Al cabo de unas semanas, nuestro cutis se verá más apagado, descamado y áspero si no tomamos acciones preventivas. Bebe mucha agua y mantén tu piel hidratada.
Aplica siempre productos con alto contenido en vitamina C y E. Estas dos vitaminas actúan en sinergia como antioxidantes. Estos productos estimulan la síntesis de colágeno y elastina, a la vez que combaten los radicales libres.