Mucho se habla de la hidratación y de la limpieza, pero hay un cosmético que solemos olvidar en la rutina y que es esencial para que la piel esté suave, uniforme, sin manchas y preparada para recibir los beneficios del resto de cosméticos de la rutina de cuidado facial.
Por si no lo has adivinado, nos referimos al exfoliante, un cosmético cuyo uso sigue generando muchas dudas, razón por la cual todavía son muchas las personas que no saben usarlo y no saben lo que se pierde su piel.
¿Qué es un exfoliante?
Antes de saber qué puede hacer por ti este producto conviene aclarar qué es un exfoliante y qué hace por tu piel. Los exfoliantes ayudan a limpiar la piel en profundidad, desprender células muertas y liberar impurezas del rostro o el cuerpo.
Entre sus beneficios están aportar suavidad a la piel, eliminar imperfecciones y puntos negros, fomentar la regeneración natural cutánea, activar la circulación sanguínea, combatir la celulitis en el caso de los exfoliantes corporales y tonificar la piel. Nada mal, ¿cierto?
Dime tu tipo de piel y te diré tu exfoliante ideal
Eso sí, antes de exfoliarte la piel es básico saber que no todos los exfoliantes son para todas las pieles. Lejos quedan los tiempos en que los exfoliantes eran solo esos productos con gránulos que rascaban e irritaban a las pieles más sensibles y secas. Hoy en día hay un gran abanico de texturas, fórmulas y activos para suavizar todas las pieles con el máximo respeto.
Si aún eres de las que no sabe cuál es el mejor exfoliante para ti, para que puedas salir de dudas, hemos hablado con varias expertas en belleza para que nos cuenten qué tipo de exfoliante tienes que usar según tu tipo de piel.
Exfoliante físico: ideal para combatir puntos negros
Los exfoliantes físicos son aquellos cuya textura contiene micro gránulos cuya fricción ejerce la exfoliación en la piel, por lo que requieren de un trabajo manual y de esta granulación para ser efectivos. Por esta razón, se recomiendan más a pieles resistentes sin sensibilidad.
Son muy eficaces a la hora de eliminar células muertas y unificar la textura de la piel, por lo que muchos especialistas los consideran ideales para pieles con muchos puntos negros que necesitan una ayuda extra para purificarlos. También son perfectos para unificar el tono de la piel.
Para que sean totalmente efectivos, es importante friccionarlos sobre la piel húmeda, de dos a tres minutos y con movimientos circulares sin presionar la piel para que las microesferas no puedan provocar ningún tipo de irritación.
Alfahidroxiácidos, el exfoliante para todo tipo de piel
Conocidos como AHA’s, los alfahidroxiácidos son un tipo de ácidos solubles en agua que trabajan en las capas superficiales de la piel para renovar las células, suavizar la textura y minimizar las manchas. Además, ayudan a estimular la producción de colágeno y elastina.
Dentro de este grupo, existen diferentes ácidos según las necesidades de la piel. «El ácido glicólico, capaz de estimular la síntesis de colágeno por su capacidad de penetrar profundamente en las capas profundas, es muy eficaz con las pieles envejecidas con problemas como la hiperpigmentación, el fotoenvejecimiento, las líneas y arrugas profundas y la flacidez”, comenta Bella Hurtado, directora técnica de Boutijour.
“El ácido mandélico, soluble en agua y aceite, atrae la grasa y por eso es muy eficaz con las pieles grasas, con tendencia al acné o poros dilatados. Porque tiene la capacidad de desincrustar y regular la glándula pilosebácea”, señala Isabel Reverte, directora técnica de Rosalique.
Y el ácido láctico, como aclara Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD, “trabaja para bloquear la síntesis de melanina, por lo tanto, es muy común que se utilice en pieles con hiperpigmentación, pero también en las pieles deshidratadas porque incrementa ayuda a retener la hidratación”.
Betahidroxiácidos, ideales para pieles grasas
Los conocidos como BHA’s, están especialmente indicados en piel grasa, problemas de imperfecciones y brotes de acné. Sobre todo el ácido salicílico, que ofrece efectos antiinflamatorios notables y posee además un “superpoder” para regular la actividad de la glándula sebácea. “Al introducirse en los poros, los exfolia y arrastra toda la grasa«, explica Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
Gracias a su capacidad de ser soluble en lípidos, el ácido salicílico, atrapa la grasa, pero también equilibra la barrera lipídica de la piel y elimina las células muertas en la superficie. Además, al ser una molécula de mayor tamaño, penetra más lentamente en la piel, reduciendo el posible riesgo de irritación.
Polihidroxiácidos y enzimas para pieles sensibles
El mayor problema de las pieles sensibles es la alteración en su barrera hidrolipídica, que comporta que reaccionen de manera excesiva a factores, cosméticos o ingredientes cosméticos. Un problema a la hora de usar ácidos exfoliantes, debido a su posible irritación.
Por suerte, las pieles sensibles también tienen su ácido exfoliante perfecto. «Para que estas pieles puedan renovarse, pero sin causar irritaciones, se debe acudir a exfoliantes que permitan exfoliar desde una aproximación mucho más suave. En este sentido, los mejores aliados son los polihidroxiácidos y las enzimas exfoliantes”, comenta Elizabeth San Gregorio, directora técnica de la firma Medik8.
La experta explica que: «Dentro de los polihidroxiácidos (PHA), destacan algunos como la gluconolactona o el ácido lactobiónico. Los PHA tienen una estructura parecida a la de los alfahidroxiácidos y funciones similares, aunque tienen un peso molecular mucho mayor, por lo que penetran menos en la piel, resultando mucho menos irritantes”.
Como ves, la renovación de la piel es imprescindible para mantenerse joven, lisa y sana. Pero como el proceso natural de regeneración cutánea se ralentiza con los años, los exfoliantes son tus mejores aliados para estimularlo. Solo tienes que escoger el que mejor se adapte a ti y a tu piel.