La jubilación es una etapa anhelada por muchos, representando el descanso merecido tras años de trabajo y esfuerzo. Sin embargo, es también un periodo que viene acompañado de incertidumbres, especialmente en el ámbito financiero. ¿Cuánto dinero necesitaremos para mantener nuestro estilo de vida? ¿Cómo asegurarnos de que no nos quedemos sin ahorros en pleno retiro? Estas son solo algunas de las preguntas que muchos se hacen al pensar en el futuro. Y aquí es donde la regla del 4% entra en juego, una estrategia que busca responder a estas inquietudes y ofrecer una guía para gestionar de manera efectiva nuestros ahorros durante la jubilación.
Diseñada inicialmente por el asesor financiero William Bengen en la década de los 90, la regla del 4% ha ganado popularidad entre expertos y planificadores financieros. Basándose en estudios históricos de rentabilidades y tendencias del mercado, esta regla propone un método para retirar fondos de una cartera de inversiones de manera que, si se sigue al pie de la letra, se puede asegurar que el dinero durará al menos 30 años. Pero, ¿Cómo funciona exactamente? Y, lo más importante, ¿es aplicable a todas las situaciones y contextos económicos? Vamos a profundizar en este concepto y descubrir sus ventajas y limitaciones.
En qué consiste la regla del 4% y cómo funciona
La regla del 4% es un principio de inversión relacionado con la retirada de fondos de un portafolio de inversiones durante la jubilación. La regla establece que, si retiras el 4% de tu cartera en el primer año de jubilación y, posteriormente, ajustas esa cantidad por inflación en los años siguientes, existe una alta probabilidad de que tus ahorros duren 30 años o más. Esta se basa en investigaciones que analizaron diferentes escenarios históricos de rendimientos del mercado y tasas de inflación. La idea es que, al limitar la cantidad de dinero que retiras anualmente, puedes resistir mejor las fluctuaciones del mercado a largo plazo.
Para implementar esta regla en nuestra jubilación, lo primero que se debe hacer es determinar cuánto dinero tienes ahorrado para tu jubilación y cuál es el monto total de tus inversiones. Una vez que sepas el total de tus ahorros, retira el 4% de esa cantidad en tu primer año de jubilación. Por ejemplo, si tienes 500.000€ ahorrados, retirarías 20.000€ ese primer año. En los años siguientes, ajusta la cantidad que retiras para tener en cuenta la inflación. Si la inflación es del 2%, al año siguiente retirarías 20.400€ y así sucesivamente.
Si queremos tener éxito llevando a cabo esta regla, es vital revisar periódicamente nuestra estrategia y adaptarnos a las circunstancias cambiantes, como las condiciones del mercado o cambios significativos en los gastos. Además, debemos asegurarnos de tener una cartera diversificada. Esto te permite aprovechar el crecimiento en algunos sectores y protegerte contra las pérdidas en otros. Siempre es bueno tener un fondo de emergencia aparte de tus inversiones para la jubilación. Esto te permitirá manejar gastos inesperados sin tener que retirar más del 4% recomendado.
En cuanto a las ventajas que este método puede suponer para nuestra economía, podemos destacar que no requiere de cálculos complejos ni revisión constante de la cartera. Al basarse en estudios históricos de los mercados, proporciona una cierta seguridad de que el dinero durará durante la jubilación. Aunque la regla establece un 4%, cada individuo puede ajustar este porcentaje según sus circunstancias particulares. Por otro lado, hay que tener en cuenta que esta regla se basa en rendimientos pasados del mercado, y como bien se sabe, rendimientos pasados no garantizan resultados futuros. En escenarios de mercados bajistas prolongados, podría ser necesario ajustar el porcentaje de retiro.
La regla contempla el ajuste según la inflación, pero en periodos de hiperinflación o deflación, podría ser necesario reconsiderar las cantidades retiradas. A pesar de que 30 años puede parecer un período de tiempo adecuado, lo cierto es que con el aumento de la esperanza de vida, muchas personas podrían vivir más tiempo, lo que plantea el riesgo de agotar los ahorros.